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Distopía de alta tecnología

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Cuanto más ha avanzado el coronavirus por tierras europeas más en evidencia ha dejado la mala vida de las personas más vulnerables.  La pandemia se ha llevado por delante a las personas más desprotegidas, desde Suecia hasta España. De Norte a Sur.  Personas mayores hacinadas en asilos. Personas pobres conviviendo con otras generaciones en pequeños pisos. Personas sin hogar. Personas que no se enteraron de que la curva se estaba aplanando.  La norma de la "civilizada" Europa ha sido cuidar al que menos lo necesitaba presumiendo de solidaridad.  La norma ha sido hacer pasar medidas de control social por medidas sanitarias.  La norma se ha impuesto con un falso diagnóstico:  "el virus no distingue entre ideologias, ni clases, ni territorios, desgraciadamente nos está golpeando a todos".  Tras falsear la realidad ha llegado la solución técnica. La construcción de la "nueva realidad".  "lavaca.org", que es a lo que voy, ha traducido un más que interes

mazmorra y JARDIN

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lo posible habita cerca de lo necesario.- Pitágoras Queridos amantes de la jardinería y los grilletes. Muchos lectores de mazmorra y JARDIN nos han preguntado por el cultivo de la " nueva realidad ". Entre los emails recibidos por  los numerosos amigos de nuestra publicación son innumerables los que expresan su pesar por las dificultades que encuentran al cultivar la "nueva realidad". Querido lector, no se impaciente, hoy vamos a explicar de modo sencillo, paso a paso, como cultivar una “nueva realidad” que sea la envidia del vecindario. Aunque su cultivo pueda parecer fácil, pues precisa sólo de una simple premisa “ todos estamos amenazados”  y una sencilla conclusión: “este es el único camino posible ”; el cultivo y los cuidados de una “nueva realidad” son muy particulares. En ocasiones, descuidar pequeños detalles es suficiente para malograr nuetro proyecto de “nueva realidad”.  Es necesario tener en cuenta que, tras la apariencia de un simple cultivo, nos encon

Freud a un amigo

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12-4-1929   M i difunta hija hubiera cumplido hoy treinta y seis años .   A yer estuve a punto de cometer un grave error. Comencé a leer  su  carta, descifré algunas amables palabras aisladas y que huiera sentido perderme; pero fui incapaz de hacerles componer una frase inteligible, y cuanto más avanzaba, más enigmática  me  parecía su escritura. Estaba pensando en devolverle la carta,  a notando h umorísticamente mi indignación y sugiriéndole que  m e la volviera a escribir y enviar cuando mi cuñada me ofreció  s u ayuda, aclarándome la noticia profundamente triste que con t enía la última parte de la carta, con lo cual me hice cargo de   por qué no la había dictado a máquina.   Aunque sabemos que después de una pérdida así el estado agudo   de pena va aminorándose gradualmente, también nos damos   cuenta de que continuaremos inconsolables y que nunca encontraremos con qué rellenar adecuadamente el hueco, pues aun en   el caso de que llegara a cubrirse totalmente, se habría convertido

rePENSAR la pandemia

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Extensión de la infecció n   estudio CALIFORNIANO   En el Condado de Santa Clara, con una población de 1 764 499 habitantes y una  densidad de población de 522.50 hab./km²,  se realizó un estudio  que ponía de relieve que  por cada caso confirmado se contaban entre 50 y 85 personas portadoras del virus sin confirmar.  Las conclusiones de este estudio sobre una muestra de los habitantes de Santa Clara son las siguientes:   La prevalencia en la población de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en el condado de Santa Clara implica que la infección es mucho más extendido que lo indicado por el número de casos confirmados.  e studio N U  YOR IKA   Este 13 de abril se publicaba un trabajo bajo el título   Universal Screening for SARS-CoV-2 in Women Admitted for Delivery  ( Detección universal para SARS-CoV-2 en mujeres admitidas para parto) .  Reconociendo las limitaciones de este estudio;  las conclusiones apuntan en la misma dirección:   Nuestro uso de la pr

el MITO del virus asesino

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Las epidemias son indicativas del estado de una sociedad   Séveric Yersin Era una tarde de mayo, pero no una tarde cualquiera. La habitación estaba vacía, en silencio. Un tímido velo de humo, descubierto por un haz de luz, y un fuerte olor a nicotina mostraban que, sólo unos momentos antes, la estancia estuvo acompañada de al menos una persona, seguramente de varias. Cruzando la puerta, en el exterior de la solitaria sala, varios militares vestidos de paisano circulaban mezclándose con el personal civil. Tres plantas más abajo, el General Matausen reflexionaba sobre lo acontecido en la sala de reuniones ahora vacía. Recordaba un primer correo recibido meses atrás que sugería la posibilidad de desarrollar un arma definitiva. Tras meses de reuniones, llamadas de teléfono, de correo de ida y vuelta, de carcajadas, de gritos, enfados, llegó el día. La I fase del proyecto Deimos fue aprobada. Todo estaba preparado para el comienzo de la fase II del proyecto. Inc