MÁS VALE PENSAR QUE CONTAR

 Aunque todavía habrá personas que no entiendan que los términos "negacionista",  "conspiranoico" "covidiano",  o "borrego", etc., no son ningún argumento. Son sólo insultos.

https://twitter.com/bobscartoons/status/1330927511405006851 No es septiembre, estoy agotado de estos años de secuestro, pero quería compartir alguna información. Por curiosidad me sumergí en la red para ver qué ha sido de la Dra. Karina Acevedo a la que "abandoné" hace ya algún tiempo. No ha sido muy sorprendente encontrar que huyó de youtube, aunque dejando la dirección de su nueva casa en Telegram. Su nueva plataforma de divulgación tiene el nombre de   Akasha Comunidad, y claro, me he unido al canal. También he cotilleando un poco. Tampoco ha sido una sorpresa comprobar que el rigor y la humanidad siguen presentes en esta Comunidad. Entre el material compartido se encuentra una grabación de Bob Moran , dibujante británico "negacionista", es decir, un profesional del humor y la caricatura que, en lugar de escupir hacia abajo como los cómicos de por aquí, lleva ya más de dos años ejerciendo el papel de espejo del "poder", reflejando con sátira el verdader

  Aprovecho esta entrada para informar que posiblemente hasta septiembre no volveré a subir un texto. Sencillamente, no tengo tiempo. De salud muy bien. Gracias. También adelanto que lo próximo que trate sobre psicoterapia lo dedicaré al Análisis Transaccional.  La psicología "científica" afirma que nuestra conducta está determinada por el ambiente. Si una conducta tiene un resultado positivo es más probable que vuelva a repetirse. A la inversa, si el resultado de una conducta es negativo, entonces la conducta debería repetirse con menos frecuencia Una deducción de las premisas anteriores puede ser la siguiente: para los psicólogos "científicos" no es necesaria la intervención de la mente o estar en posesión de un cerebro para vivir el día a día; somos conducidos/as por premios y castigos. No tengo muy claro como esta psicología "científica", elaborada por gentes que presumían de no usar su cerebro, se pudo hacer tan popular. Esto es lo de menos ahora. Por

la medicina funciona hoy como una religión estatal de modo muy semejante, por ejemplo, a cómo funcionó el catolicismo en la España medieval. Thomas Szasz Llevaba tiempo muy fatigado, con un agotamiento físico y mental de los que no pasan con descanso. Un conjunto formado por “Pandemia”, duelos, restricciones y una mayor carga de trabajo con, además, casos que requieren un mayor compromiso emocional ha ido minando poco a poco mi salud. No he hecho caso a la pandilla de ignorantes, por pensar bien, que nos gobierna y recurrí a un terapeuta con formación en medicina tradicional china. Mi satisfacción tras recurrir a una “pseudo-terapia” ha estado por encima de lo que yo podía esperar. Tras dos sesiones de 60 minutos cada una, separadas en unos pocos días, he recuperado mi tono vital y emocional. Gran parte de la primera sesión estuvo dedicada a elaborar una línea de vida. Es decir, buscar los factores emocionales, las vivencias familiares, de trabajo, etc., que dan sentido a la sintom

  El autor de este libro pasó de trabajar en el mundo editorial, dar clases de interpretación actoral y estar bien considerado, a ser bipolar, con vida de bipolar, con pensión de bipolar. Y ser mirado y tratado como bipolar; en algunos casos con desconfianza, en otros con paternalismo y casi siempre con recelo. Esta obra valiente y sincera cuenta cómo el sentimiento de ineptitud social, junto a la cronicidad de la medicación parecen el camino marcado para alguien que ha sufrido una crisis mental grave. Es fácil que el diagnóstico se confunda con la esencia de la persona y se reduzca a una receta cómoda para millones de personas. A un diagnóstico. Con el valor emocional de lo vivido, este libro resulta tan intenso que rehúye la posibilidad misma de redención. Pero de eso se trata. De afrontar la soledad, el desamparo, con ayuda ajena, hablando, compartiendo la angustia. No de describir patologías ni de marcar con dudosos diagnósticos, sino de comprender, si se puede, y de aliviar el suf