2030

Sonó el despertador comenzando una nueva jornada de trabajo. Isaac abrió los ojos, retiró bruscamente la sábana que cubría su cuerpo incorporándose en un tris. Aunque notó el olor a café recién hecho esperó unos minutos sentado sobre la cama. Oyó unos pasos que salían de la cocina seguidos de una puerta que se cerraba. Sólo entonces, se atrevió a salir de su habitación recorriendo el pasillo que conducía a la cocina. Tras llenar una taza de café frío echó un vistazo al único canal de youtube. La noticia del día era la nueva prórroga del “ Estado de Pánico ”. El presidente del gobierno, miembro del Partido Sanitario, un hombre mudo, ciego y sordo, anunciaba las nuevas prohibiciones con suaves movimientos de manos. Hacía ya diez años que se había prohibido hablar emitiendo sonidos. Aseguraban los expertos que entre vocales y consonantes se escondía el bicho perpetuándose la epidemia. Miró por la ventana viendo lo mismo de siempre, la calle vacía. Monotonía interrumpida sólo una v