cualquier pensamiento pasado fue ... diferente


Nuestra política, economía, publicidad y religiones (nuevas y viejas) están inundadas de credulidad. Los que tienen algo que vender, los que desean influir en la opinión pública, los que mandan, podría sugerir un escéptico, tienen un interés personal en no fomentar el escepticismo.
Carl Sagan

La crítica es la vida de la ciencia.

Otra de las cualidades de la ciencia es que enseña el valor del pensamiento racional, así como la importancia de la libertad de pensamiento; los resultados positivos que se derivan de dudar de que todas las lecciones sean ciertas.

Muy triste, pero muy verdadero suele ser aquella amarga frase de Rousseau: "No existe sabio que deje de preferir la mentira inventada por él que la verdad descubierta por otros"

Hemos aprendido las respuestas, todas las respuestas: lo que ignoramos es el interrogante.
Archibald Macleish

Comprensión, inventiva, dirección y crítica: la inteligencia está contenida en estas cuatro palabras.
Alfred Binet

Prefiero la crítica más aguda de un solo hombre inteligente a la aprobación irreflexiva de las grandes masas.
Johannes Kepler

Creo que, en general, las escuelas hacen un trabajo eficaz y terriblemente perjudicial para enseñar a los niños a ser infantiles, dependientes, intelectualmente deshonestos, pasivos e irrespetuosos con sus propias capacidades de desarrollo.

Seymour Papert

La escuela ha alienado al hombre de su conocimiento. De hecho ni siquiera le gusta asistir a la escuela, y si es pobre jamás alcanza sus muy pregonados beneficios. 

Don Quijote tenía razón. Su posición es la única sostenible. Toda autoridad impuesta por la fuerza debe combatirse. (…) Tomar sistemáticamente el partido del más débil es una regla que permite prácticamente no lamentar nunca nada. 

A cualquiera que defienda el caso de las compañías farmacéuticas, más allá de lo neutral que pueda parecer su posición académica o su equipo de investigación, habría que preguntarle en detalle de dónde provienen sus ingresos.

Los “hechos objetivos” de la ciencia demuestran ser, una y otra vez, creaciones cocinadas, amañadas y falseadas de ideólogos decididos a avalar sus propios prejuicios con cifras.

Richard Lewontin

Derribar la ortodoxia no es más fácil en la ciencia que en la filosofía, la religión, la economía o cualquiera de las otras disciplinas a través de las cuales tratamos de comprender el mundo y la sociedad en la que vivimos. 

Cuestionar si los médicos son científicos puede parecer escandaloso, pero la mayoría de los médicos saben que no son científicos. (...)  De hecho, la mayoría de los médicos son incapaces de evaluar críticamente un artículo. Nunca han sido entrenados para hacerlo. En su lugar, deben aceptar el juicio del equipo editorial y sus revisores, hasta que un bicho raro escribe y señala que un estudio es científicamente absurdo.

Las empresas comerciales de biotecnología han necesitado grandes sumas de dinero, por lo que han atraído inversores que esperan grandes beneficios en un futuro próximo. Eso significa que no sólo tienen que lanzar productos al mercado lo más pronto posible, sino que deben crear un mercado para dichos productos.
Ruth Hubbard y Elijah Wald

¿Las medicinas nuevas son mejores que las antiguas? ¿Son peores? La preocupante respuesta es que, con frecuencia, no podemos saberlo. Muy a menudo, todo lo que tenemos es parcialidad y promoción exagerada.

Si a causa de la debilidad de nuestras luces estamos precisados a valernos de ajenas, no las recibamos tampoco con innoble sumisión, no abdiquemos el derecho de examinar las cosas por nosotros mismos, no consintamos que nuestro entusiasmo por ningún hombre llegue a tan alto punto que, sin advertirlo, lo reconozcamos como oráculo infalible.

El poder del Estado puede ejercerse, como sucede a menudo en Inglaterra, a través de la opinión pública más que a través de las leyes. Por la oratoria y la influencia de la prensa, la opinión pública es en gran parte creada por el Estado, y una opinión pública tiránica es tan enemiga de la libertad como las leyes tiránicas. 
Bertrand Russell

Gracias a Dios, tenemos en nuestro país tres prerrogativas indeciblemente valiosas: libertad de expresión, libertad de conciencia, y la sensatez de no practicar ninguna de ellas.



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