SOBRE LAS ACTITUDES DISCRIMINATORIAS DE LAS PERSONAS VACUNADAS




 Dedicado a dos personas a las 
que quiero un montón, ellas saben quienes son.


Esto es un cierre de ciclo. Este blog se va a quedar tal como está. Toca centrarse en mi profesión e impulsar mi blog profesional. Pero no quería despedirme sin dedicarles esta reflexión a dos personas a las que quiero un montón, y que como otras cientos de miles, han tenido que aguantar el insulto constante, la presión social junto con la supresión de sus derechos civiles (desplazamiento, reunión, etc.) por no estar vacunados. Hay que remontarse unas cuantas décadas en Europa para encontrar un momento donde minorías fueron acusadas de propagar virus, enfermedades y perseguidas.

En fecha reciente se ha publicado un estudio revisado por pares, sustentado en 15 investigaciones, que demuestra que las personas vacunadas han expresado y expresan actitudes discriminatorias hacia las personas no vacunadas; tan altas como las sufridas por otras colectividades como inmigrantes u otras minorías. Actitudes que incluyen el apoyo a la eliminación de derechos fundamentales para las personas no vacunadas: derecho al trabajo, libertad de reunión, de desplazamiento, al ocio, de expresión, etc. Mientras que en sentido contrario los autores del estudio no han encontrado actitudes discriminatorias de las personas no vacunadas hacia las personas vacunadas.




Enlace al estudio

https://www.nature.com/articles/s41586-022-05607-y_reference.pdf

Podríamos pensar que el estudio peca de no tener en cuenta la realidad de la alerta sanitaria, y que los no vacunados son transmisores de una enfermedad tan peligrosa que pone en peligro la vida de los vacunados, aunque éstos estén vacunados y, en teoría, son un 95% inmunes al COVID. Este argumento de la vacuna me protege del COVID con la excepción de que me contagie una persona no vacunada es una teoría tan loca y disparatada que no la voy atener en cuenta.

Se podría objetar al estudio que los no vacunados son un peligro ya que al ser un 95% más propensos a enfermar de COVID pues acabarán llenando las UCI,s y colapsándolas. De esto comentó algo, por idiotez o por mala gente, un tal Pablo Iglesias adornándose con palabras de odio hacia los no vacunados.

También se puede objetar, que la afirmación sobre la ausencia de actitudes discriminatorias entre los no vacunados es falsa, y recurrir a la hemeroteca con casos como el de Resines cuando estuvo en la UCI. Para empezar, es posible que algún tarado deseara la muerte de Resines, pero esto no demuestra nada sobre las actitudes de todo el colectivo de no vacunados. Más bien, como con otras minorías, parece más la maniobra de convertir un caso en la confirmación de un prejuicio. Prejuicios como los mostrados por el propio Resines entrevistado en la Sexta antes de acabar en la UCI doblemente vacunado

″¿Qué les dices a los negacionistas, a los antivacunas, que en España hay muy pocos?”, ha preguntado la periodista al intérprete, y este ha sido de lo más claro: “Que les den”.

“Hay pocos, sí, pero hay algún tarado...”, ha comenzado Resinas antes de avisar, “esto es exclusiva Ana, para que veas”, y ha señalado lo que vio en una de las “poquísimas manifestaciones que hay de esto”.

En ese momento el actor ha añadido sin cortarse, “porque son gente que no sabe ni salir a la calle, cortos mentales los pobres...”.

En todo caso lo que mide el estudio es el grado de presencia de actitudes discriminatorias en dos colectivos (vacunados y no vacunados). Que existan casos de vacunados que no muestran actitudes discriminatorias o, a la inversa, de no vacunados que las muestran ni validan ni invalidan el estudio. Tomando como unidad de estudio los vacunados como colectivo han resultado, con excepciones, una pandilla de impresentables. Eso es lo que afirma el estudio. El caso de Resines sólo demuestra que Resines odia a los no vacunados y que algunos no vacunados odian a Resines, pero no demuestra que los no vacunados odien a todos los vacunados.

Voy a tratar de reflexionar sobre las vacunas covid, especialmente sobre la de Pfizer, que es la que tenemos la mayoría puesta. El punto es, si existe motivo para dudar de estas vacunas o los no-vacunados son unos tarados como afirmaba Resines antes de acabar en la UCI con la pauta completa de vacunación. O los tarados quizás sean los que se han vacunado siguiendo la promoción de estas mercancías por autoridades políticas y sanitarias.


Sobre las vacunas.

La aprobación de las vacunas se asentaba sobre tres pilares: no hay inmunidad natural contra el nuevo coronavirus, no existe tratamiento y estamos en una alerta sanitaria mundial.




A) La inmunidad: el tema de la inmunidad además tenía otros dos pilares. Una era la posible ausencia de inmunidad natural por exposición al virus y así lo hacía saber la OMS. En abril de 2020 los expertos Mike Ryan y Maria Van Kherkove de la Organización Mundial de la Salud advertían que la evidencia “demostraba” que una persona que diera positivo para anticuerpos del coronavirus COVID-19 no necesariamente estaba inmunizada. Lo que abría la puerta a una de las grandes estafas de esta pandemia: la inmunidad natural no funciona pero las vacunas, no se sabe muy bien cómo, si lo hacen. Y digo estafa porque si la inmunidad natural no funciona desarrollar una vacuna es imposible. Así de simple (excepto para la nueva “ciencia” nacida con la “pandemia”, sea lo que sea que quiera decir las palabras "pandemia" y "ciencia").

La otra pata que sustentaba la falta de inmunidad previa era el origen del nuevo coronavirus en el pangolín. El coronavirus era nuevo por tanto, la humanidad nunca había tenido contacto con este virus, y, por tanto,  no había inmunidad previa a éste. Este tema es interesante.




Que el virus fuera nuevo, un recién llegado de la naturaleza, fue uno de los argumentos estrella de la propaganda utilizada durante los primeros meses de pandemia. El virus era nuevo, por tanto, se decía que no había inmunidad previa. La teoría del pangolín está, a día de hoy totalmente descartada, pero en su momento se usó como un mazo para aplastar la teoría del origen de laboratorio del nuevo coronavirus.

El origen de laboratorio era, y es, una teoría incómoda. Al poner en duda el origen del virus en la naturaleza ponía en duda el discurso del “virus nuevo” al que nadie es inmune. Al mismo tiempo, si el virus tiene su origen en un laboratorio, y se demuestra, tendríamos una evidencia más sobre una de las muchas cosas que hacen nuestros gobiernos, que tanto nos aman, a nuestras espaldas.

Sobre la historia de la teoría de la fuga del laboratorio de Wuhan a día de hoy sabemos lo siguiente: los Estados Unidos, a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), han subvencionado a la organización EcoHealth Alliance la realización estudios de ganancia de función (armas biológicas) con coronavirus en el laboratorio de Wuhan. Por los correos que conocemos entre Fauci y otros “científicos”, febrero de 2020, Fauci y sus colegas creían probable que el origen fuera una fuga de laboratorio al mismo tiempo que conspiraron para bloquear la teoría de la fuga. De esta forma la teoría de la fuga se convirtió en “teoría de la conspiración” fabricada por unos conspiradores. Conspiración de la que formaron parte los "verificadores", y  me pregunto, ¿Quién verifica al "verificador"?

Formaron parte de esta conspiración Fauci, Jeremy Farrar de Wellcome Trust y CEPI, el científico jefe del Reino Unido Patrick Vallance, Kristian Andersen de Scripps, Christian Drosten, el creador de las estafa de la PCR para el nuevo coronavirus, de Alemania y otros).

El 2 de febrero, Fauci escribía, "como todos nosotros, no sé cómo evolucionó esto", y Farrar de Wellcome Trust escribía, "en un espectro si 0 es naturaleza y 100 es liberación, honestamente estoy en 50". El 4 de febrero, Farrar escribe que "probablemente no" esté diseñado, pero podía provenir del trabajo de laboratorio.

A pesar de que en privado, las mentes que han dirigido la respuesta mundial contra la “pandemia”, reconocían que era plausible el origen de laboratorio, en público comenzaron una campaña en contra de la teoría de la fuga de laboratorio. En febrero de 2020 se publicaba una carta en la The Lancet que aseguraba que la hipótesis de la fuga de laboratorio era una “teoría de la conspiración” y todo el mundo se hizo eco de ésto. La carta fue promovida por Peter Daszak, miembro de la organización que experimentaba con coronavirus en Whuhan, EcoHealth Alliance. De los 27 firmantes 26 también trabajaban para EcoHealth, aunque ninguno de estos firmantes lo mencionó como un posible conflicto de intereses cuando se publicó la carta. Los verificadores cumplieron con su trabajo, intoxicar a la opinión pública, bloqueando e insultando a los científicos que defendían la teoría del origen del laboratorio

Por tanto, desde el inicio de la proclamación de la pandemia hubo interés por enterrar la inmunidad natural y abrir la puerta a las vacunas con dos argumentos: no hay inmunidad previa al nuevo coronavirus ya que es nuevo, origen pangolín, o la inmunidad natural no funciona, aunque las vacunas si lo harían según la nueva biología cocinada durante la pandemia.




Sin embargo, desde inicios de 2020 hay muchos indicadores de la existencia de inmunidad natural frente al nuevo coronavirus.

En mayo de 2020 un artículo publicado en la revista Cell exponía que entre un 40% y un 60% de la población podía tener cierta inmunidad frente al coronavirus por una exposición anterior a otros coronavirus. Así lo recogía la prensa:

Un artículo publicado a finales de la semana pasada en la prestigiosa revista ‘Cell’ ha dado alas a esta idea. Los autores, del Instituto de Inmunología de La Jolla, en California, tomaron muestras de sangre de pacientes que se habían recuperado de covid-19 y, al ponerlas en contacto con proteínas de SARS-CoV-2, vieron que se producía una respuesta antiviral por parte de las células T con memoria específica para reconocer y combatir el virus. Pero aún más interesante fue su análisis de muestras de sangre que habían sido recogidas entre 2015 y 2018, ya que vieron que en muchos casos presentaban linfocitos CD4+ que combaten el virus a pesar de que estas personas no habían estado expuestas.

Esto significa que entre el 40% y el 60% de la población —según los datos de este estudio— ya podría tener al menos un cierto nivel inmunidad al SARS-CoV2 por haber estado expuestos a estos coronavirus anteriores.

Sin embargo, para el Ministerio de Sanidad el artículo publicado en Cell demostraba la efectividad de las vacunas covid. La conclusión, como mínimo es una chifladura, el artículo de Cell no habla nada de vacunas, sino de inmunidad, y desde luego no demostraba la eficacia de unas vacunas que por entonces sólo existían en la cabeza del Ministerio de Sanidad. Esto publicaba el Ministerio de Sanidad:

En conclusión, estos resultados prueban la generación de inmunidad celular robusta y seguramente duradera frente a SARS-CoV-2, lo que aumenta la evidencia a favor de la inmunidad protectora y la efectividad de las vacunas. La reactividad cruzada frente a otros coronavirus circulantes podría explicar la menor susceptibilidad de algunas personas a esta infección.

El artículo de Cell no era el único que recogía la existencia de inmunidad previa al nuevo coronavirus. Gaceta Médica recogía en julio de 2020 un artículo publicado en Nature que informaba de lo siguiente:

La revista Nature ha publicado un artículo en el que se muestra que personas nunca contagiadas de la COVID-19 tendrían cierta protección frente al virus. La investigación se ha llevado a cabo por la Charité-Universitätsmedizin Berlin y el Instituto Max Planck de Genética Molecular (Alemania).




Por tanto, llegábamos a la promoción de la vacuna para todos aunque había suficiente evidencia de que gran parte de la población era inmune al nuevo coronavirus.

Pero, no sólo los estudios de laboratorio apoyaban la existencia de inmunidad natural y previa al coronavirus, también lo hacía la realidad. Según la nota de prensa del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 3 de junio de 2020 sobre la mortalidad de la primera “ola” de covid en 2020 y, a pesar de los miles de personas fallecidas, recogía que “en las edades inferiores a 54 años apenas hay diferencias respecto a las defunciones registradas en las mismas semanas del año 2019” . Por otra parte, también estaba la figura del asintomático, es decir, la persona infectada y que no desarrollaba síntomas, es decir: inmune al coronavirus.

A lo que hay que sumar los datos que muestran que los niños tienen una probabilidad de supervivencia del 99,999 % si contraen el virus. Teniendo en cuenta el IFR, que estima el porcentaje de muertes en todas aquellas personas con una infección, la probabilidad de fallecer entre los jóvenes de 0 a 19 años es del 0,0008 % si secontagian (muy por debajo de la gripe).

Sin embargo, en contra de toda la evidencia científica la conclusión del Ministerio de Sanidad fue vacuna para todo el mundo.


B) Solucionado el inconveniente de la inmunidad natural (no existe para la nueva biología o no importa) había que despejar el camino de las vacunas bloqueando la posibilidad de cualquier tratamiento.

Las vacunas se aprobaron en principio con autorizaciones de emergencia, los estudios estaban incompletos. En el caso de las “vacunas” de ARNm además nunca se había aprobado el uso de esa tecnología por haber demostrado ser un peligro para la salud. Sin embargo se aprobaron de forma provisional dando dos nuevos motivos: no existe ningún medicamento eficaz contra el COVID y dos estamos en una situación de emergencia sanitaria.

Sobre el primer punto hay que hablar de la probable estafa de los estudios sobre la ivermecina. Existen más que indicios de que el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NHI) gastó 155 millones de dólares, de dinero público, para el estudio de la ivermecina (ACTIV-6) con el único objetivo de bloquearla como tratamiento para el Covid. Según recoge Trial Sites:

Una vez que cualquier persona debidamente capacitada en la revisión de ensayos médicos tiene toda la información relevante y revisa el estudio, solo puede llegar a la conclusión de que el único objetivo de ACTIV-6 era hacer que la ivermectina pareciera ineficaz.

El estudio probablemente fraudulento del NHI fue importante, ya que la OMS lo utilizó para difundir como “demostrado” que la ivermecina no funcionaba como tratamiento. Por tanto, no había tratamiento para el coronavirus. Ni había interés por encontrarlo.

El consejo de no hacer autopsias por parte de la OMS es otro ejemplo de este poco interés por encontrar tratamientos por parte de gobiernos y autoridades sanitarias.


C) La situación de alerta sanitaria

Despejados del camino la inmunidad natural y cualquier posible tratamiento, quedaba la cuestión de mantener la alerta sanitaria. Mantener una alerta sanitaria perpetua se ha conseguido por dos medios: la definición de enfermedad por coronavirus y los cribados masivos de PCR.

A finales de 2019 se empezó a hablar de una nueva neumonía atípica. En 2020 ya la OMS hablaba de un síndrome respiratorio agudo severo (SARS) que era enfermedad respiratoria viral causada por un coronavirus asociado al SARS. Esta definición nos llevaba a un tipo de diagnóstico restrictivo: enfermedad respiratoria más una PCR positiva. Los ensayos clínicos de las vacunas se mantuvieron fieles a esa definición: un caso es una PCR positiva más síntomas de enfermedad respiratoria.

Sin embargo, en mayo de 2020 la definición ya era otra y dependía del país. En España una muerte por covid es una muerte por cualquier causa, incluida la caída de un piano de cola sobre la cabeza, siempre que haya una PCR positiva. En Inglaterra se cuentan como muertes por covid todas, independientemente de la causa, hasta 30 días después de una PCR positiva. Se esfumó la enfermedad respiratoria aguda y apareció la enfermedad por coronavirus (que podía ser cualquier cosa siempre que hubiera una PCR positiva por medio). De tal forma que en los informes diarios del Ministerio de Sanidad iban acompañados con una nota que decía: “Las cifras de fallecidos por COVID-19 notificadas por cada país varían en su definición por lo que dichas cifras, y la letalidad resultante en cada país, no son directamente comparables entre sí.”

En mayo de 2020, lo que en España significaba morir por covid en China podía ser morir de cáncer terminal en una UCI. Las cosas de la ciencia del covid. En todo caso, las nuevas definiciones amplias servían y sirven para crear epidemias donde no las hay.

El caso de Madrid es un buen ejemplo de lo infladas que están las cifras de la “pandemia” gracias a las definiciones del tipo: morir por covid significa lo que le da la gana al Ministerio de Sanidad. Los datos oficiales aseguran que en Madrid desde el 11 de mayo de 2020 hasta este mes de enero han fallecido unas 12.000 personas por covid. Por lo cual es de esperar que desde el 11 de mayo de 2020 se cuenten por miles las personas fallecidas por encima de la media de un año normal, sin pandemia. Esto sería lo lógico y, además, lo que se esperaría de una gran pandemia: muchas más muertes que las esperadas en un año normal. Sin embargo, según los datos de defunciones recogidos por el registro de notarios, recogidos por el Informe Epidemiológico Semanal de la Comunidad de Madrid, la realidad es otra:

Desde el 11 de mayo de 2020 hasta el 4 de enero (fecha de actualización a 10 de enero de 2023, incluye partede la semana 1), la mortalidad observada supone un 0,003% más de lo esperado (115560), 3 fallecimientos.


D) El uso masivo de PCRs

El problema de las PCRs con el Covid es bastante simple. Cuando en una PCR se detectan cantidades muy pequeñas de virus es más que probable que lo que se haya detectado sean sólo residuos de una infección anterior ya eliminada; es decir, que la PCR positiva detecta fragmentos de virus incapaces de infectar a nadie. El informe de Collateral Gobal sobre el uso de las PCR en Inglaterra estima que al menos un 40% de las pruebas positivas realizadas en Inglaterra son falsos positivos (fragmentos de virus sin capacidad de infectar) .

Por tanto, mediante el cambio en la definición de covid , que comenzó siendo un síndrome respiratorio agudo severo para acabar siendo cualquier cosa, se han agrandado de forma exagerada las cifras de muertes por covid. Mediante las PCR se han exagerado los casos de infección (40%) y se han creado las famosas “olas”. La información sobre personas “infectadas” o sobre las “olas” nunca ha servido para predecir fallecimientos; sólo ha servido para saber que venía una nueva medida autoritaria, otro ataque a los derechos civiles de toda la población o de una minoría.



Gráfico del Instituto Nacional de Estadística que muestra la curva de mortalidad en la Comunidad de Madrid desde enero de 2020 hasta la actualidad. La única ola visible y destacable de mortalidad se da durante el confinamiento de 2020, ni antes ni después. ¿Dónde se encuentran las 7 olas de covid con su respectiva mortalidad?



Fabricadas las condiciones para la promoción de las vacunas por las autoridades políticas y sanitarias: no hay inmunidad, no hay tratamiento y se mantiene la alerta sanitaria a eternidad. Vamos con las vacunas.


Las vacunas covid

Este apartado es breve. Cuando se aprueban las vacunas, con una autorización provisional y de emergencia, las vacunas aprobadas ni han demostrado que salvan vidas ni han demostrado que cortan la transmisión del virus. Estas son las conclusiones que se sacan de los ensayos clínicos, el resto sólo es promoción de unas mercancías.

Preguntando Peter Doshi, editor asociado del British Medical Journal, a Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de Baylor en Houston, por las vacunas, éste le contestó: “Idealmente, desea que una vacuna antiviral haga dos cosas. . . primero, reducir la probabilidad de enfermarse gravemente e ir al hospital, y dos, prevenir la infección y, por lo tanto, interrumpir la transmisión de la enfermedad”.

Sin embargo, los ensayos de fase III actuales no están configurados para probar ninguno de los dos. Ninguno de los ensayos actualmente en curso está diseñado para detectar una reducción en cualquier resultado grave, como ingresos hospitalarios, uso de cuidados intensivos o muertes. Tampoco se están estudiando las vacunas para determinar si pueden interrumpir la transmisión del virus.

Cuando comienza la campaña de vacunación por diciembre de 2020 es público que se desconoce si las vacunas cortan la transmisión del virus. Esta era la explicación que daba Tal Zaks, jefe médico de Moderna:

Nuestro ensayo no demostrará prevención de transmisión” “porque eso es operacionalmente insostenible. ”

En el caso de Pfizer, además, se contabilizaban más muertes en el grupo de vacunados que en el no vacunados.

Sobre su eficacia, aunque la OMS, aconseja que los datos de los ensayos clínicos se presenten en eficacia absoluta, el gobierno, medios de comunicación y verificadores comunicaron la eficacia relativa de las vacunas: más del 90%. Sin embrago, la eficacia absoluta de las vacunas reflejada en los ensayos clínicos era de un paupérrimo 1%. Según los ensayos clínicos no vacunarse también daba una protección de más del 90%.



Desconozco la autoría del video


Por tanto, cuando comienza la campaña de vacunación no se sabe si salvan vidas, ni tampoco se sabe si cortan la transmisión y se desconocen sus efectos adversos. Eso dicen los ensayos clínicos: la ciencia. Por cierto, la intervención del Profesor Laporte en el Congreso de los Diputados es  para enmarcar.

Sin embargo, comenzó la promoción de las vacunas y se insistió en que los no vacunados ponían en peligro a los abuelos. Transmitían el virus incluso a las personas vacunadas. Aunque los ensayos clínicos terminan sin despejar la duda sobre si las vacunas cortan el contagio o no lo hacen. Desde mediados de 2021 sabemos que los vacunados contagian el virus tanto como los no vacunados; y en algún estudio se afirma que, incluso, son más contagiosos.




Los estudios posteriores a enero de 2021

En enero de 2021 llegaba el final de los ensayos clínicos sin saber si las vacunas salvan vidas o si cortan la transmisión del virus. Desde entonces no hay datos de los ensayos clínicos, no hay grupo de control. Por no haber ni siquiera hay un criterio único de lo que es "enfermedad por covid". Lo que tenemos es una avalancha de estudios sesgados, sin la calidad un ensayo clínico, que cuentan muertes e ingresos en UCI de personas vacunadas como no vacunadas. Que no tienen en cuenta la inmunidad natural al coronavirus o previa por exposición a otros coronavirus, ni tienen en cuenta que los vacunados contagian. 

Junto a estos "estudios" sesgados se encuentran las deducciones del tipo: "La vacuna evidentemente ha tenido un impacto en las residencias", que constituyen "el mejor ejemplo de que la vacuna funciona y protege". Deducciones que de forma evidente, para cualquier ser racional, son sólo suposiciones y no hechos probados.






Por ejemplo, el Ministerio de Sanidad ha estado contando fallecimientos e ingresos en UCI de vacunados como fallecidos u hospitalizados sin vacunar. Según los informes técnicos del Ministerio de Sanidad: “U/na persona se considera completamente vacunada 7 días después de recibir una segunda dosis de Comirnaty (Pfizer/BioNTech)". Si ocurre algo, como una defunción o un ingreso en UCI por covid en este periodo de tiempo, la persona vacunada se ha contado como no vacunada (sin la pauta completa).

Además, el Ministerio añade más restricciones cuando conviene a la categoría "vacunación completa". Por ejemplo, “si entre la primera y la segunda dosis ha habido un intervalo mínimo de 19 días si la primera dosis fue de Comirnaty [Pfizer] o si tiene 65 años o menos y que traspasar la enfermedad ha recibido una dosis de la vacuna con un intervalo mínimo igual al establecido para las segundas dosis” se considera "pauta completa". Es decir, si alguien se ha puesto la segunda dosis de Pfizer (pauta completa) 18 (17, 16, 15,…) días después de la primera dosis se la considera, hasta la eternidad, sin pauta completa de vacunación si fallece o enferma por covid.


A) Un estudio sobre residencias.

En abril de 2021 el Ministerio de Sanidad hacía pública una investigación sobre el efecto de las vacunas en las residencias de mayores con conclusiones que no son fruto de la investigación. Son fruto del relato y la propaganda: las vacunas cortan la transmisión del virus. El informe en uno de sus puntos dice lo siguiente:

“Se estima que la vacunación ha prevenido una media de 6,3 casos diarios por 10.000 residentes vacunados, teniendo un efecto similar en no vacunados gracias a la protección indirecta” (Análisis de la efectividad y el impacto de la vacunación frente a COVID-19 en residentes de centros de mayores en España. Grupo de Trabajo de Efectividad Vacunación COVID-19. Ministerio de Sanidad. 25 abril de 2021)

El informe da un dato objetivo: no hay diferencia entre vacunados y no vacunados. Lo que nos llevaría a concluir que la vacuna es una birria de medicamento a precio de oro. Pero los “científicos” son infatigables y siempre están en busca de la “verdad”. La vacuna no es una birria, los buenos datos entre la población no vacunada se debe a la “protección indirecta” de la vacuna, ya que al cortar la transmisión los vacunados protegen a los no vacunados. Pero, ¿de dónde sacan estos “expertos” que los vacunados cortan la transmisión del virus? De ningún lado, no aportan ninguna evidencia. Es muy probable que el buen resultado de los no vacunados pueda deberse simplemente a que están inmunizados tras más de un año de contacto con el virus en espacios cerrados (residencias). Se aporta en este informe alguna evidencia sobre la falta de inmunidad de los no vacunados: ninguna. Sin embargo, la “ciencia” delirante del covid lo dice: no existe inmunidad natural y los vacunados cortan la transmisión del virus.


B) Presentación de los datos de vacunados y no vacunados

Teniendo en cuenta que los datos que aporta el Ministerio de Sanidad nos hablan de muertes con PCR positiva y no de muertes por covid, seguimos.


Tabla vacunados - no vacunados




Cuando se habla del éxito de la campaña  de vacunación el gobierno presenta el dato del 89% de vacunación completa (2 dosis) en personas mayores de 12 años. Sin embargo, cuando el Ministerio de Sanidad ha ido dando los datos sobre muertes, ingresos hospitalarios y fallecidos ha creado una categoría ("casos con información de vacunación" ) que parece incluir a personas con una dosis, por ejemplo Pfizer, (pendientes de ponerse la segunda) y también a personas con vacunación completa (dos dosis), (ej: personas que se vacunaron de la segunda dosis de Pfizer habiendo transcurrido un tiempo menor de 19 días entre la primera dosis y la segunda o personas vacunadas con dos dosis sin transcurrir 7 días desde la segunda dosis). Doblemente-vacunados que si enfermaban o fallecían se han contado como casos de fallecidos o enfermedad sin pauta completa ("con información de vacunación") aunque hayan recibido las dos dosis (la pauta completa). 

Observando las tablas que ha ido fabricando el Ministerio de Sanidad durante estos años; el número de fallecidos e ingresos UCI en la categoría personas vacunadas "con información de vacunación" son bastante más altos que entre los no vacunados y los "vacunados con pauta completa" de forma continuada en el tiempo. Viendo  los datos que da Sanidad, se puede afirmar que durante meses más del 50% de los ingresos en UCI y fallecimientos pertenecen a esta categoría aunque periodistas y tertulianos insistiera con lo del 80% de no vacunados. Lo que me lleva a dos cuestiones: 

Hablando, por ejemplo de  vacunados con Pfizer, es de suponer que por la columna "casos con información de vacunación" han pasado en algún momento todas las personas que se encuentran en la categoría "vacunación completa" durante la campaña de vacunación. Para tener dos dosis primero hay que tener una. Lo que me lleva a preguntarme, si lo que realmente ha estado reflejando esa categoría es una alta tasa de ingresos UCI y fallecimientos de personas vacunadas con una dosis antes de  llegar a la "vacunación completa".

También se puede pensar, que con la definición restringida que da el Ministerio sobre la "vacunación completa", se están desplazando fallecimientos e ingresos UCI con doble vacunación al grupo "con información de vacunación", maquillando los resultados de la vacunación. 


(U/na persona se considera completamente vacunada 7 días después de recibir una segunda dosis de Comirnaty (Pfizer/BioNTech) o 14 días después de la segunda dosis de Vaxzevria(Oxford/AstraZeneca) o Moderna y si entre la primera y la segunda dosis ha habido un intervalo mínimo de 19 días si la primera dosis fue de Comirnaty, de 21 días si fue de Vaxzevria o de 25 días si fue de Moderna. También se considera completamente vacunada una persona 14 días después de recibir una dosis de vacuna de Janssen y las de 65 años o menos que traspasar la enfermedad han recibido una dosis de cualquier vacuna con un intervalo mínimo igual al establecido para las segundas dosis. Actualización 565. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). Ministerio de Sanidad)


Se puede objetar que todo esto es muy especulativo, y puede serlo. Pero la cuestión es que la información que da el Ministerio sólo da para especular.  En ciencia lo mínimo es la presentación de los datos en un formato con suficiente explicación y transparencia que es lo que no hace el Ministerio. 

Terminando este punto, (y teniendo en cuenta que se ha asegurado que los hospitales han estado llenos de personas vacunadas y se insistió machaconamente entre agosto de 2021 y finales de ese año) podemos sumar las dos columnas de vacunados (que incluyen a todas las personas con una o dos dosis)  de la siguiente tabla y comparar esta suma con los datos de la columna de personas no vacunadas.  Y podemos comprobar que los hospitales, de lo que se llenaron (más del 80% de los casos durante esos meses) fue de personas vacunadas (con una o dos dosis).


Tabla vacunados - no vacunados




Consultados los gráficos del Ministerio me pregunto: ¿En qué planeta se encontraban las UCIS abarrotadas al 80% de no vacunados?







Hasta aquí, he tratado de mostrar que las dudas sobre las vacunas covid, especialmente sobre las terapias génicas renombradas como vacunas, creo que son más que razonables. La campaña de vacunación comenzó sin conocerse si las vacunas salvaban vidas, sin saber si cortaban la transmisión del virus, sin conocer sus efectos adversos y con gran parte de la población con inmunidad al covid. Además, Resines nos aportó su experiencia con la pauta completa. 

Llamar “negacionista” al que duda, no es sólo un insulto, ha sido resurrección de Torquemada.


Lo que sabemos ahora

La ciencia tras la aprobación de las vacunas no es que sea es más que dudosa,, es que la ciencia ha tenido poco que ver con su aprobación.

A) Estados Unidos

La administración de Trump presionó a la FDA (la agencia reguladora de medicamentos) para que aprobara de forma inmediata la vacuna de Pfizer con la amenaza de despido al jefe de la FDA si no se daba el visto bueno a la vacuna. 

Estas presiones políticas, nada de ciencia, las recogió la prensa en Estados Unidos y son públicas. El Washington Post daba más detalles sobre esta cuestión:

El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, le dijo al jefe de la Administración de Drogas y Alimentos que presente su renuncia si la agencia no autoriza la vacuna contra el coronavirus de Pfizer para uso de emergencia al final del día

Y aunque Trump ha sido caricaturizado como un anti-vacunas y un anti-confinamiento, con el único fin de ridiculizar a todos las personas que han puesto en duda las vacunas y los confinamientos, lo cierto es que en el tema covid la extrema-derecha (Losantos; Trump) ha ido de la mano de la progresía (Buenafuente-Pedro Sánchez). Pero, había que politizar el tema covid y presentar a los que dudaban de las vacunas como trumpistas, aunque el mayor trumpista en España hayan sido Pedro Sanchez y su gobierno progre.

Sobre el papel de la FDA en la supervisión de los ensayos clínicos una investigación del British Medical Journal denunciaba que había sido "extremadamente inadecuada":

El 25 de septiembre de 2020, la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) recibió una queja de Brook Jackson, que había estado trabajando para Ventavia Research Group, una empresa con sede en Texas contratada para realizar ensayos clínicos de la vacuna de ARNm covid-19 de Pfizer. Jackson, una directora regional, había sido testigo de problemas en tres sitios de ensayo que supervisaba y se quejó ante un inspector de la FDA sobre una variedad de problemas, incluidos datos falsificados, pacientes no cegados y vacunadores capacitados inadecuadamente que tardaron en hacer un seguimiento de los eventos adversos. “Pensé que la FDA intervendría y se encargaría de todo. Lo que estaba informando era muy importante”, dijo Jackson a The BMJ . Sin embargo, la FDA no inspeccionó los sitios de prueba en cuestión.


Europa

En Europa la política también ha sido una gran protagonista, y no la ciencia, en la aprobación de las vacunas.

Trial Sites ha tenido acceso a los correos internos entre la comisaria europea Ursula vonder Leyen y la EMA (la agencia reguladora europea) que ponen en evidencia las presiones de la comisaria europea a la EMA para que se aprobaran las vacunas. Entre estos correos Von der Layen le dice a la EMA que un retraso en la aprobación de las vacunas “no es fácilmente aceptable para la CE [Comisión Europea]

Pero aquí no queda el tema como informa Trial Sites. Tanto en Estados Unidos, como en la Unión Europea, en el Reino Unido como en Canadá las agencias reguladoras conocían que había problemas con la vacuna de Pzifer. Los lotes comerciales de la vacuna mostraban un significativo deterioro en la calidad del ARN. Según sabemos por correos filtrados de la Ema: “Los lotes comerciales mostraban una “ pérdida significativa de la integridad del ARN de los lotes comerciales (~55% de integridad del ARNm) de la vacuna Pfizer-BioNTech en comparación a los clínicos (~78% de integridad del ARNm). Esto fue clasificado por la EMA como una "objeción importante" junto con las partículas visibles observadas, que se clasificaron como "impurezas".

Sin embargo, a pesar de que los lotes comerciales de Pfizer no cumplía con el mínimo de calidad que exigía la EMA y las otras agencias reguladoras, el caso se solucionó de la siguiente forma: en lugar de no aprobar las vacunas por falta de calidad, la EMA cambió su exigencia de calidad ajustándola a pobre calidad de las vacunas:

Una presentación de PowerPoint filtrada el 26 de noviembre de una reunión entre Pfizer-BioNTech y la EMA reveló cómo esta importante objeción se 'resolvió' sorprendentemente: la especificación de integridad del ARN simplemente se redujo al 50%, por lo tanto, se permitió la mitad de todas las moléculas de ARNm en los lotes comerciales estar roto (no intacto).”




Para ampliar más la información sobre estas vacunas dejo aquí este enlace:

https://mas-vale-pensar-que-contar.blogspot.com/2022/02/selartwen.html

Volviendo a la meta de este artículo/despedida, me pregunto: ¿Había y hay razones para dudar de estas vacunas? ¿Hay razones para dudar del "vacunas para todo el mundo" ?¿Cuándo se va a reparar el daño hecho a los no-vacunados?; y también me pregunto: ¿De verdad alguien se puede creer que esto es una democracia?





Comentarios

  1. Me ha salido anónimo sin darme cuenta, pero ya sabes de sobra quien soy ( supongo )

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    1. Si, el autor del Lazarillo de Tormes, un abrazo muy grande.

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  3. Muy interesante (como todas las entradas del blog) y densa, para quien quiera exprimir su contenido completo. El punto que más me atrae es el que se refiere a la actitud de las personas ante las opiniones contrarias. Desde un lado y desde el otro (por simplificar, ya que hay una buena paleta de colores en ambos lados), se da una tendencia muy grande a tachar de débiles mentales, idiotas, borricos, personas sin criterio o (peor aún) peligrosos elementos antisociales a quienes mantienen opiniones contrarias o simplemente diferentes a la del estigmatizador de turno. Hay también una tendencia a considerar que quien está más "informado" se gana el derecho no ya a opinar, sino a pontificar (y lo de estar "informado" es algo que pongo muy en duda, porque, tal y como está estructurado el acceso a la información, demasiadas veces sabe tanto o tan poco alguien que se busca la vida por entender las cosas como alguien que se deja llevar por la corriente, sea esta en un sentido o en otro). Creo en la bondad (en el sentido de buena intención) de quienes tratan, como tú, de mostrar ventanas por las que mirar, pero me producen un fuerte rechazo la soberbia y la prepotencia, vendan lo que vendan y vengan de donde vengan.

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    1. Hola José, sí la entrada es densa; es la última y creo que el tema requería incluir "todo" lo que debería estar en prensa y no está, ser conocido y es desconocido. Dentro de 50 años cuando los historiadores estudien este oscuro periodo, no tengo ninguna duda, que buscarán explicaciones al fenómeno de la conversión de millones de personas buenas en fascistas. Y leyendo tu comentario, estando de acuerdo que chiflados, o gente soberbia, los hay de todas las opiniones y sobre todos los temas, sigo pensando que las personas no vacunadas merecen una compensación, simplemente por justicia. Cuando acabe el tema covid los chiflados seguirán opinando e insultando sobre otros temas; pero el daño hecho a todos los no vacunados seguirá ahí, sin reparar.

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    2. Disculpa, Jose, me he ido por los cerros de Úbeda, hablando de "mi libro" y obviando el meollo de tu artículo.

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    3. Comparto, Jose, tu opinión. Pero quien pontifica con prepotencia y rechazo a la "no-verdad" basándose en su "objetividad" no tiene disposición para el diálogo inter-personas o interior, con lo cual su pensamiento crítico quedaría en entredicho. Es cierto que en las tomas de posiciones debe haber unas líneas rojas pero, como en toda negociación –pienso– el asunto ha de plantearse desde la perspectiva de "cuánto es lo máximo que puedo obtener sin perjudicar el mínimo que espera conseguir la otra parte". En este caso del acoso y derribo de no-vacunados, nada se jha planteado como un win-win y sí hemos perdido todos; como mínimo nos hemos arrancado un trozo de humanidad.

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  4. …"el daño esta hecho a todos los no vacunados..." y a todos los parcialmente vacunados que no quisieron seguir con las pautas… y a los vacunados-cohercionados/coaccionados con palancas laborales, familiares, burocráticas o sociales, que expresaban su desacuerdo con vacunarse "por imposición". Creo que desde la Guerra Civil, este país no ha estado tan polarizado y manipulado en sus tomas de posición. Algo que sorprende dado el supuesto nivel cultural/académico/intelectual de los españoles de este siglo en comparación con el imperante hace casi 100 años y el acceso que tenemos hoy a la información (si es que sabemos diferenciarla de la propaganda y reconocernos ante ella en una posición reflexiva o reactiva).

    Un placer y un privilegio haberte seguido hasta aquí, y poder seguir compartiendo los enlaces de tu blog como acabo de hacer. Deseando acceder a tu nuevo blog para seguir leyéndote. Abrazos, provisionalmente, virtuales.

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