NOTICIAS de AYER


Aprovechando que en estos día veraniegos dispongo de más tiempo he estado curioseando con el google encontrando varias noticias con interés relacionadas con los temas abordados en este espacio:

Criterios diagnósticos psiquiátricos:
Un estudio reciente vuelve a cuestionar los diagnósticos psiquiátricos, en concreto los criterios diagnósticos del DSM-5. Los investigadores han llegado a la conclusión de que “un enfoque pragmático para la evaluación psiquiátrica, que permita el reconocimiento de la experiencia individual, puede ser una forma más efectiva de comprender la angustia que mantener el compromiso con un sistema categórico falso.”

Josep Pámies:
Tras la denuncia puesta por el Ministerio de Sanidad en contra de Josep Pámies la fiscalía ha concluido que este agricultor y botánico “no ha incurrido en ningún delito contra la salud pública”, archivando la denuncia.

Astronautas:
La siguiente noticia quizás no explique nada, o explique muchas cosas. La revista Science Advances ha publicado un estudio (what happens to your brian on the way a Mars), realizado por la escuela de Medicina de la Universidad de California, sobre los efectos de los rayos cósmicos en los astronautas.
El estudio concluye que la exposición a los rayos cósmicos de los astronautas puede provocar en éstos problemas de memoria, pérdida de conciencia, pérdida de atención, disminución en el rendimiento cognitivo y problemas en la toma de decisiones. Pues ahí queda la noticia.

Acupuntura:
Un juez ha obligado al Colegio de Médicos de Madrid a la “reincorporación de la Asociación de Médicos Acupuntores al Ilustre Colegio de Médicos de Madrid”. La Sección de Acupuntura del Colegio de Médicos de Madrid fue cerrada por el propio colegio con el pretexto de que era una “práctica pseudocientífica”, aunque la acupuntura nunca haya sido una ciencia, ni haya pretendido serlo.

Glifosato:
Desde la última vez que abordé el tema del glifosato han ocurrido cosas.

En el mes de julio ha aparecido un nuevo meta-análisis  que relaciona la exposición a herbicidas con glifosato con un tipo de cáncerExposure to glyphosate-based herbicides and risk for non-Hodgkin lymphoma: A meta-analysis and supporting evidence.

Por otro lado, la empresa Bayer, lejos de recurrir las sentencias que en Estados Unidos han condenado a su filial Monsanto a pagar multas multi-millonarias  a las víctimas de su herbicida con glifosatoRoundup,  ha propuesto pagar 8.000 millones de dólares para zanjar las 18.000 demandas pendientes por la relación entre el Roundup y el cáncer.

Esto desmiente la rumolorogía que sobre las sentencias contrarias a Bayer-Monsanto afirmaba que, debido a que la evidencia científica respaldaba a Bayer-Monsanto, la empresa recurriría todas las sentencias. El hecho es que Bayer-Monsanto nunca presentó en los juicios las 800 investigaciones que según la empresa respaldaban la seguridad del glifosato y de su herbicida Roundup. Hay quien dice que estos 800 estudios sólo existen en una realidad virtual.

Vale la pena volver a repasar la certeza que sobre la práctica real de la ciencia  han proporcionado los  “monsanto papers”; los documentos internos de Monsanto hechos públicos en 2017 por el juez Chhabria.

Un estudio sobre éstos, The Monsanto Papers: Poisoning the scientific well (Los documentos de Monsanto: envenenando el pozo de la ciencia) realizado por el investigador McHenry LB con la evidencia documental existente, es claro en sus conclusiones. 

Según este estudio está probado el uso de la escritura fantasma, “ghost writer”. Es decir, la fabricación de artículos y documentos por la propia empresa que eran presentados posteriormente como elaborados por científicos independientes. Documentos que después eran incluidos en revistas de toxicología y en medios de comunicación.

También queda demostrada la presión de Monsanto para lograr la retirada (retracción) de artículos y estudios contrarios a los intereses de Monsanto de revistas científicas. Como también, la creación de un llamado sitio web académico con el objetivo de crear un frente para la defensa de Productos Monsanto.

La conclusión de esta investigación sobre los "papeles de Monsanto" es la siguiente:

El uso académico de terceros en la defensa corporativa del glifosato revela que esta práctica se extiende más allá de la corrupción de la medicina y persiste a pesar de los esfuerzos por imponer la transparencia en la manipulación de la industria.

En agosto de 2018, mientras blogueros, “científicos” y palmeros de Monsanto de todo el mundo coincidían en el tiempo y en el ciber-respacio para “aclarar” que el glifosato es seguro, que los tribunales no hacen ciencia; el Journal of Public Health Policy publicaba otro estudio basado tanto en los “papeles de Monsanto” como en otros documentos internos de la empresa. 

En las conclusiones de este estudio llamado Roundup litigation discovery documents: implications for public health and journal ethics se puede leer:

Cuando se publican informes vitales para la salud pública en revistas arbitradas, existe una gran expectativa de que cumplan con los estándares profesionales de integridad científica. Esas normas incluyen la divulgación completa de conflictos de intereses y fuentes de financiación, además de la autenticidad de la autoría. Los documentos divulgados sobre los litigios de Roundup y los documentos de FOIA (Ley de Libertad de Información) muestran que estas normas fueron violadas atrozmente, no por accidente sino por plan. Las revistas son los guardianes de la evidencia confiable y el conocimiento creíble. Deben establecer los más altos estándares de integridad científica. Los editores de revistas nunca deben manifestar un sesgo hacia algún individuo u organización. Cuando una revista se entera de que un artículo ha sido escrito de manera fantasma o que hubo conflictos de intereses no revelados, tiene la obligación de actuar de manera adecuada e informar a los lectores. Nuestro estudio ha demostrado que dos revistas, Critical Reviews of Toxicology y Food and Chemical Toxicology, no cumplieron con estos estándares. Un editor de una revista que supervisa los documentos presentados sobre un estudio de salud de un producto no puede ser desinteresado cuando está bajo contrato con la compañía que fabrica ese producto. Los organismos reguladores públicos como los guardianes de la salud pública no pueden permitir que sus científicos sirvan a un grupo de interés especial y aún así lograr la confianza pública. El des-cubrimiento de los documentos de Roundup señalan serias fallas en la ética de la publicación científica y los procesos regulatorios que deben abordarse. 

Un ejemplo bien documentado de cómo un estudio científico contrario a los intereses de Monsanto es retirado de dos revistas científicas por la injerencia de la multinacional es el caso de Séralini.

En 2012, la revista Food and Chemical Toxicology (FCT) publica una investigación de G.E. Séralini y col. Un estudio sobre los riesgos potenciales para la salud del consumo de un maíz genéticamente modificado (NK603) con altos niveles de residuos de Roundup. El estudio que no debió de gustar a Monsato se retiró de la publicación por la presión de Monsanto.

El contacto de Monsanto en la revista era el propio  Editor en Jefe de FCT, que además, fue el encargado de organizar en coordinación con David Saltmiras (Monsanto) la campaña de cartas enviadas a la revista que pedían la retracción (retirada) del documento, creando el clima de "indignación" que justificó la retirada del trabajo de Séralini.

David Saltmirasjunto con otros empleados de Monsanto, consideró como un "logro" "digno de reconocimiento" el "evento multimedia diseñado para una publicidad negativa máxima" contra Séralini. A la oleada "espontánea" de cartas críticas se unieron los ataques personales y la difamación. Soló faltó llamarle homeópata.

Todo esto es información y el siguiente enlace es sólo un ejemplo de cómo trataron el tema en su momento las grandes cabeceras de la prensa:

https://elpais.com/sociedad/2012/09/19/actualidad/1348077416_159661.html

El Journal of Environmental Science Europe volvió a publicar el documento Séralani cuando, de nuevo, la intervención de dos asalariados de Monsanto echaron atrás la publicación del estudio. Los hombres de Monsanto fueron A. Wallace Hayes (editor jefe de la revista) y Richard Goodman (miembro del consejo editorial) que "avisó" de la probable retirada de la financiación de la agro-industria si llegaba a publicarse la investigación.

Las pruebas en contra de Monsanto por corromper la ciencia no sólo vienen de los “papeles de Monsanto". Son muy esclarecedoras las investigaciones periodísticas de Stéphane Foucart y Stéphane Horel, publicada como "Guerra Contra la Ciencia", y Carey Gillman.

La investigación periodística ha descubierto el uso planificado de la difamación, los ataques personales e incluso las amenazas físicas a los científicos, periodistas o activistas críticos con el glifosato. Bien lo saben los científicos de la IARC.

Carey Gillman invitada a una audiencia en el Parlamento Europeo expuso su ponencia “Décadas de Engaño”. 

La periodista explicó que existen múltiples evidencias que indican que las evaluaciones de riesgo por el glifosato y su regulación se basan en la investigación proporcionada por la propia industria, en publicaciones poco rigurosas, teñidas de conflictos de intereses no divulgados o escritos fantasmas elaborados por la propia compañía. 

Dada la alarmante evidencia del engaño científico que ahora se revela sobre Monsanto y el Glifosato, está claro que se requiere un escrutinio profundo de este tipo de manipulación

El Ruedo Ibérico
Por estos lares, no podía ser de otra forma, también existen los defensores del glifosato, sí o sí. Un pequeño grupito con raíces en Jerusalén o en el Vaticano, creo yo, y con gran influencia mediática.

Gentes de bata blanca que han encontrado su hogar entre tubos de ensayo, maletillas, monosabios y picadores. Una plaza donde todo anda del revés: del día se hace noche, y la viceversa- de la noche se hace día. Un lugar donde se puede robar un monte, y no se puede robar un pan: El Ruedo Ibérico.

 Sus dogmas de fe son:

- Los estudios rigurosos y serios sobre el glifosato ya se hicieron hace décadas.

- El glifosato es tan cancerígeno como el jamón ibérico o el café.

- Cuestionar la seguridad del glifosato es política.

- La realidad no existe; los documentos sobre Monsanto, tampoco.

- Quien cree en la ciencia, cree en el Glifosato.

- Por encima de los infundios experimentales, periodísticos o judiciales está la voluntad de Dios.

- Quien no siga estos dogmas de fe es un gamufo.

Desde el Ruedo Ibérico un clon de Malaquias anuncia la inminente llegada de una nueva “Edad de Oro”: un mundo sin “pseudo-ciencia” y con glifosato.

Entre los apóstoles que anuncian la Buena Nueva podemos oír las voces de: J.M.Mulet, experto en gamufos que nos alecciona desde el púlpito de Prisa con su fast-ciencia, Esther Samper, Santiago Campillo, Rosa Porcel, Guillermo López Lluch, Emilio Molina, experto en veterinaria, etc. 

Aquí termino con el glifosato... 

Noticias locales:

Quiero finalizar con una noticia local.

En El Barrio las Letras de Madrid, cerca del Centro de Día, hace tiempo que no vemos a Locke. Una vecina me comenta que se lo llevaron los del Samur Social al tiempo que clamaba:

- ¡No se puede obligar a  nadie a estar sano en contra de su voluntad! 
- ¡En una sociedad libre, los individuos juzgan por sí mismos qué información quieren escuchar! 

Otro vecino me dice:
- Estaba sin medicar.


Bibliografía recomendada:

Valle-Inclán, Ramón. El Ruedo Ibérico I: La Corte de los Milagros. 1908

Locke, John. Ensayo y Carta sobre la Tolerancia. 1685

Nuevos "papeles Monsanto"

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