la "ciencia"

de modo que si los fenómenos -las bolas de plomo, de hierro y de piedra- no se comportan según nuestra construcción, peor para ellas
Toscanelli 
citado por Ortega y Gasset

Hace ya unos años que se ha establecido un credo llamado “ciencia” como nueva religión de Estado. Sobre la religión nos dice la Rae lo siguiente:

religión.

(Del lat. religĭo, -ōnis).

1.f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

La nueva religión llamada “ciencia” cumple con todos estos requisitos. Cuenta con  un conjunto de creencias  (no comprobadas) de carácter indiscutible y obligado para sus seguidores. Incluso esta nueva fe cuenta con un repertorio de pautas de sacrificio y abnegación como muestra de buena conducta.

Hay fenómenos que están ocurriendo hoy mismo, que sólo son explicables por el hecho de que la mayor parte de la población ha abrazado este nuevo culto. Vamos con un ejemplo:

Entre abril y mayo de este año se publicaron artículos alarmantes sobre los supuestos estragos del COVID en la India. Se publicaron fotos de cientos y cientos de personas incineradas en la calle por el supuesto colapso provocado por la pandemia. 

Aprovechando la coyuntura uno de los popes de esta nueva iglesia volvió a dirigirse a sus adeptos reafirmando la verdad de su credo.

"No voy a pretender un análisis profundo de la debacle que está ocurriendo en la India con el coronavirus; desconozco demasiado de su sistema social. Aparentemente, el factor fundamental es una combinación lineal de pobreza, hacinamiento y creencias religiosas que hacen que cualquier intento de política profiláctica sea inviable. Pero hay un problema adicional, y es cuando esas políticas profilácticas se basan, además, en promover desde el gobierno pseudoterapias como la homeopatía o su Medicina Tradicional India, la popular Ayurveda." (por Emilio Molina. 15 de mayo)

 Emilo Molina desconoce la India, su sistema social. Intuye alguna relación entre la pobreza y el hacinamiento con la expansión del COVID en la India. Pero lo que a él le interesa son las pseudoterapias. No aporta ninguna evidencia a favor de su opinión: que las pseudoterapias están multiplicando el problema del COVID en la India. Pero aunque no aporta ninguna prueba tiene que ser así. Las pseudoterapias matan gente y en la India, lugar en el que el gobierno las promociona, tienen que morir más personas. 

¿A quién se le puede ocurrir comprobar las "verdades" de Emilio Molina? Pues a mí, que ni soy un creyente de esta nueva religión, ni tengo a  Emilio Molina como representante de la ciencia en la Tierra.

Le doy al Internet. Entro en una página buscando información sobre la mortalidad atribuida al COVID. Comparo los números de España con los de la India. Para mí no es una sorpresa lo que encuentro, ya que lo ocurrido en España es un absoluto desastre sanitario y científico. En España la mortalidad por COVID, según las fuentes oficiales, es mucho mayor que la India ahora y antes. A los creyentes les aclaro que detrás de la página consultada hay una prestigiosa universidad.

 Decir con total impunidad lo que a uno le apetece, no aportar pruebas y atacar y menospreciar lo que ni se conoce, ni apetece conocer; sólo es posible por la existencia de una gran comunidad de creyentes que ha puesto sus dogmas y creencias por encima de la verdad. 

Ahora me imagino una reflexión profunda desde la India: 

"En España muere tanta gente por la falta de ayurveda"