revisión bibliográfica y metaanálisis de los efectos de los cierres en la mortalidad por COVID-19


 

Este cálculo estándar de coste-beneficio lleva a una conclusión contundente: los cierres deben rechazarse de plano como instrumento de política pandémica. 


Los profesores Steve H. Hanke, Lars Jonung y Jonas Herby, han realizado un metaanálisis de estudios empíricos sobre los efectos de los confinamientos y otras medidas durante la pandemia de covid-19. El trabajo ha sido publicado como documento de trabajo por el Johns Hopkins Institute for Applied Economics, Global Health and the Study of Business Enterprise. La conclusión de esta revisión es contundente: los bloqueos tuvieron poco o ningún efecto en la cantidad de muertes por COVID-19.


Fragmentos de esta revisión:

Esta revisión sistemática y el meta-análisis están diseñados para determinar si hay evidencia empírica para apoyar la creencia de que los "bloqueos" reducen la mortalidad por COVID-19. Los bloqueos se definen como la imposición de al menos una intervención obligatoria no farmacéutica (NPI). Las NPI son cualquier mandato gubernamental que restrinja directamente las posibilidades de las personas, como las políticas que limitan el movimiento interno, el cierre de escuelas y negocios, y la prohibición de los viajes internacionales. 

Este meta-análisis concluye que los cierres han tenido pocos o ningún efecto sobre la salud pública, han impuesto enormes costes económicos y sociales donde se han adoptado. En consecuencia, las políticas de cierre están mal fundamentadas y deben ser rechazadas como instrumento de una política pandémica.

Países como Dinamarca, Finlandia y Noruega, que lograron mantener las tasas de mortalidad por COVID-19 relativamente bajas, permitieron a la gente ir al trabajo, utilizar el transporte público y reunirse en privado en casa durante el primer cierre. En estos países, existieron amplias oportunidades para reunirse legalmente con otras personas. 


Exceso de mortalidad por millón de personas desde enero de 2020 hasta junio 2021.



Estudios de la orden de refugio en el lugar (SIPO)

No encontramos pruebas claras de que los SIPO tengan un impacto notable en la mortalidad por COVID-19. Algunos estudios encuentran una gran relación negativa entre los cierres y la mortalidad por COVID-19, pero esto parece deberse a series de datos cortas que no cubren una "ola" completa de COVID-19. Varios estudios encuentran una pequeña relación positiva entre los cierres y la mortalidad por COVID-19. Aunque esto parece ser contrario a la intuición, podría ser el resultado de que una persona infectada (asintomática) que se aísla en casa bajo un SIPO puede infectar a los miembros de la familia con una carga viral más alta causando una enfermedad más grave. Este resultado está en consonancia con Nuzzo et al. (2019), que afirman que "En el contexto de un alto impacto patógeno respiratorio, la cuarentena puede ser la NPI menos fiable para controlar la propagación debido a la alta transmisibilidad" y con el Grupo deRedacción de la Organización Mundial de la Salud (2006), que concluye que "el aislamiento forzado y la cuarentena son ineficaces y poco prácticos".


Debate 

En general, concluimos que los cierres no son una forma eficaz de reducir las tasas de mortalidad durante una pandemia, al menos no durante la primera ola de la pandemia de COVID-19. Nuestros resultados están en línea con el Grupo de Redacción de la Organización Mundial de la Salud (2006), que afirma: "Los informes de la pandemia de gripe de 1918 indican que las medidas de distanciamiento social no detuvieron ni parecieron reducir drásticamente la transmisión [...] En Edmonton, Canadá, se instituyeron el aislamiento y la cuarentena; se prohibieron las reuniones públicas; se cerraron las escuelas, las iglesias, los colegios, los teatros y otros lugares de reunión pública; y se restringieron los horarios comerciales sin un impacto evidente en la epidemia". Nuestros resultados también coinciden con la conclusión de Allen (2021): "La investigación más reciente ha demostrado que los cierres han tenido, en el mejor de los casos, un efecto marginal en el número de muertes19 por Covid".


Implicaciones políticas  

Por último, permítannos ampliar nuestra perspectiva tras presentar nuestro meta-análisis que se centra en la siguiente pregunta "¿Qué nos dicen las pruebas sobre los efectos de los encierros en la mortalidad?". Aportamos una respuesta firme a esta pregunta: Las pruebas no confirman que los encierros tengan un efecto significativo en la reducción de la mortalidad por COVID-19. El efecto es escaso o nulo. 

El uso de bloqueos es una característica única de la pandemia COVID-19. Los bloqueos no se han utilizado en tan gran medida durante ninguna de las pandemias del siglo pasado. Sin embargo, los bloqueos durante la fase inicial de la pandemia COVID-19 han tenido efectos devastadores. Han contribuido a reducir la actividad económica, a aumentar el desempleo, a reducir la escolarización, a provocar malestar político, a contribuir a la violencia doméstica y a socavar la democracia liberal. Estos costes para la sociedad deben compararse con los beneficios de los cierres, que nuestro meta-análisis ha demostrado que son marginales en el mejor de los casos. Este cálculo estándar de coste-beneficio lleva a una conclusión contundente: los cierres deben rechazarse de plano como instrumento de política pandémica. 


https://sites.krieger.jhu.edu/iae/files/2022/01/A-Literature-Review-and-Meta-Analysis-of-the-Effects-of-Lockdowns-on-COVID-19-Mortality.pdf

https://mas-vale-pensar-que-contar.blogspot.com/2021/07/salvo-vidas-quedarse-en-casa.html?m=1



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