el limón virtual
Vamos a imaginarnos un limón sabroso, verde, jugoso, fresco... Partimos este limón imaginado en rodajas, dejamos que el aroma a limón nos invada, penetre profundamente por nuestros dos orificios nasales hasta nuestro paladar, las encías... la lengua. Imaginamos una rodaja de limón cerca de nuestros labios, abrimos la boca, notamos como sobre nuestra lengua caen unas ácidas gotas de limón. En este momento es probable que, quien haya leído desde el comienzo este texto, note como su boca se humedece tras la lectura de unas pocas palabras.
No es un descubrimiento que con las palabras podemos causar reacciones similares a las que provocan los objetos nombrados aunque éstos no estén presentes. Por este motivo, Pavlov llamó al lenguaje “segundo sistema de señales”. Por tanto, los seres humanos tenemos el poder de crear emociones en otros seres humanos por sugestión y en ausencia de los objetos o fenómenos mencionados. Con la palabra apropiada, el tono adecuado, podemos activar el miedo en ausencia de una amenaza real.
Paseando por Madrid estos días se mastica el miedo de nuevo. Miles de personas hacen cola ante la farmacia buscando su test de antígenos. En el transporte público se oye gente hablando en voz alta irritada con familiares que han dado positivo en el test. ¿Qué ha hecho el irresponsable de mi cuñado? Por la Casa de Campo familias solitarias caminan con sus caras tapadas por mascarillas. Si caminas por la calle sin mascarilla la gente se aparta. Se nota la presión del grupo y respirar sin filtro, como siempre, te hace sentir mal, ¿culpa?; no sé. Me siento en el metro con mascarilla puesta y la persona que está sentada a mi lado se levanta. En la calle gente fotografía o graba a personas que no usan mascarilla. No oigo ambulancias, las consultas del centro de salud de mi barrio están vacías, el personal sanitario anda de vacaciones contagiándose en casas rurales, pero… sin duda, hay una gran limón en la cabeza de la mayor parte de las madrileñas y los madrileños.
Tras las miles y miles de muertes no esperadas (más de 12.000) que ocurrieron entre marzo y mayo de 2020, los datos de mortalidad en la Comunidad de Madrid, desde el 11 de mayo de 2020, datos de fácil acceso para cualquiera que pueda apartar por un instante sus ojos del televisor o del facebook, son los siguientes:
Desde el 11 de mayo de 2020 hasta la fecha de actualización (27 de diciembre de 2021, incluye semana 51), la mortalidad observada es inferior ala esperada en 41 fallecimientos a la esperada (N=69.603), un 0,06%.
En lo que va de año 2021, la mortalidad observada fue también inferior a la esperada: 42125 frente a 42927, un 1,9% menor (802 fallecimientos).
Los datos terroríficos de esta sexta ola son los siguientes:
Considerando las 4 últimas semanas, desde el 29 de noviembre, (inicio de la semana 48 de 2021), se han registrado 2.884 eventos frente a 3.208, que supone un 10,1% menos de lo esperado, 324 fallecimientos, sin sobrepasar ningún día el límite superior esperado. En estas 4 semanas, el 48,4% son hombres y el 74,0% de 75 o más años de edad.
Resumiendo, cinco olas de COVID han provocado una escalofriante cifra negativa de personas fallecidas: 800 personas fallecidas menos de las esperadas desde el 11 de mayo de 2020. Datos parecidos los compartí hace poco con un familiar. Es decir, hice algo tan transgresor como leer un informe técnico de la Comunidad de Madrid, recibiendo como respuesta una pregunta: “¿qué me quieres decir?” Y un insulto: “¡Negacionista!” Como en la familia hay cariño todo quedó en un: “lo voy a preguntar a los periodistas; no puede ser que todos nos estén mintiendo.” Pues lo están.
Mienten como bellacos desde marzo de 2020. Pero lo que me interesa no es que los periodistas mientan, que parece ser que es el oficio de muchos, sino reflexionar sobre cómo se ha edificado un gran limón imaginario en los cerebros de millones de personas. De esto va lo que sigue, de como las ciudadanas y ciudadanos de Madrid se han convertido en el gato de Mark Twain, siguen en marzo de 2020:
Deberíamos tomar con precaución extraer de una experiencia tan sólo la sabiduría que contiene, y detenernos en ese punto; si no, seremos como el gato que se sienta sobre la tapa de una estufa ardiendo. El felino no volverá a acomodarse nunca más en una estufa caliente; pero tampoco volverá a hacerlo en una fría.
En todo caso, la situación de la Comunidad de Madrid, con una población en pánico en un lugar en el que hace meses que no hay signo de urgencia sanitaria, al margen de la provocada por las medidas anti-covid, es una buena prueba de que las restricciones, el control social, las medidas “no farmacéuticas”, la vacunación no forman parte de ninguna planificación sanitaria. Es simplemente ingeniería social.
la psicología al servicio de la ingeniería social
Los gobiernos están aplicando los "conocimientos sobre el comportamiento", es decir, las enseñanzas derivadas de las ciencias sociales y del comportamiento, como la toma de decisiones, la psicología, la ciencia cognitiva, la neurociencia y el comportamiento organizativo y de grupo, con el fin de que las políticas públicas funcionen mejor.
La demanda de intervenciones gubernamentales más eficaces y eficientes ha dado lugar a la importancia de aplicar los conocimientos sobre el comportamiento en las políticas públicas. En particular, los gobiernos buscan soluciones normativas sencillas y eficaces para promover resultados más eficientes sin recurrir a normas o sanciones adicionales. OCDE. Behavioural Insights and Public Policy Lessons from Around the World. 2017
En 2015 el Banco Mundial publicaba su Informe Sobre el Desarrollo Mundial en el cual se pone el interés en la aplicación de la ingeniería social en las políticas de desarrollo. El informe recoge los conocimientos actualizados sobre el control de la conducta con el fin de aplicarlos en sus proyectos de forma científica y sistemática.
El Banco Mundial resalta tres puntos, o conocimientos, en los que apoyar cualquier programa de manipulación de decisiones individuales a gran escala:
• Pensar socialmente: La forma de actuar y pensar de las personas depende a menudo de lo que hacen y piensan los demás. Comprender cómo los significados, las normas y las redes sociales afectan a los individuos puede ayudar a los responsables políticos a entender cómo estas construcciones sociales pueden empujar a las personas hacia determinados marcos y patrones de comportamiento colectivo, así como ayudar a idear intervenciones más innovadoras y eficaces.
• Pensar con modelos mentales: Los individuos de una determinada sociedad comparten una perspectiva común para dar sentido al mundo que les rodea y entenderse a sí mismos. Los modelos mentales suelen proceder del lado cognitivo de las interacciones sociales, al que la gente suele referirse como cultura. Un ejemplo establecido de modelo mental es el estereotipo, que afecta a los procesos de inclusión y exclusión. Sin embargo, los modelos mentales son maleables y las intervenciones de conocimiento del comportamiento pueden dirigirse a promover objetivos de desarrollo.
Es cierto que gran parte nuestro pensamiento, por inercia o por comodidad, puede funcionar con múltiples automatismos. Pero aquí hay que añadir otro factor estudiado por la economía conductual; en situaciones de emergencia el pensamiento dominante es el automático.
Kahneman y Tversky (1979) identifican dos vías de razonamiento:
• Una ruta central: que se activa cuando las personas tienen la capacidad y la motivación para reflexionar sobre el mensaje y su tema, llegando así a decisiones fundamentadas y racionales.
• Una vía periférica: que se pone en acción cuando no se tiene tiempo para procesar la información a fondo.
Desde hace años los Estados, da lo mismo quién gobierne y el tipo de régimen, han optado por la aplicación sistemática de los conocimientos de la ingeniería social para aplicarlos sobre sus poblaciones. El Comité de Competencia de la Dirección de Asuntos Financieros y Empresariales (DAF, 2012) ofreció dos razones por las que los “consumidores” necesitan “protección”: “los consumidores no están perfectamente informados, por lo que necesitan que se divulgue la información; y, en segundo lugar, los consumidores no son perfectamente racionales y tienen una fuerza de voluntad imperfecta.”
Por tanto, la premisa es que la gente es imbécil, voluble e incapaz de decidir de forma racional; de tal modo que la ingeniería social debe ayudar a la gente a la toma de las decisiones correctas por el bien de la propia gente. Un medio poderoso para este fin es la activación de la vía periférica de la que hablan Kahneman y Tversky (1979), por ejemplo, empleando el miedo.
Es evidente que durante esta “pandemia” se nos está obligando a tomar las decisiones "correctas" en un mar de miedo, sin valorar las más que probables consecuencias negativas de éstas. Por ejemplo:
El gobierno del Reino Unido esperaba en marzo de 2020 que un confinamiento provocaría 200.000 muertes. Cuentas a la baja, que se hicieron sin considerar lo que ocurriría posteriormente en las residencias durante los confinamientos.
una breve historia
El Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea crea en 2014 la Unidad de Prospectiva y Conocimiento del Comportamiento (actualmente Unidad de Prospectiva, Conocimiento del Comportamiento y Diseño de Políticas). En la elaboración de su primer informe (2016) participaron 900 responsables políticos, investigadores, ONG,s y 32 empresas de países miembros de la UE. Informe que incluye un apartado dedicado a la sanidad.
Este informe de 2016 da a conocer los países de Europa occidental con una mayor institucionalización de las prácticas de ingeniería social: Reino Unido, los Países Bajos, Alemania, Francia y Dinamarca. Una de las conclusiones del informe, la primera, es que existe un creciente interés por parte de los Estados por aplicar los conocimientos sobre el comportamiento en la elaboración de sus políticas.
En 2015 a iniciativa de la OCDE se celebró un seminario internacional, "Nuevos Enfoques de los Desafíos Económicos" (NAEC), que trató sobre los conocimientos que tenemos en el campo de la modificación de la conducta y su aplicación al diseño de políticas. En este seminario participaron más de 150 funcionarios de gobiernos centrales y locales, reguladores, personal de organizaciones internacionales y académicos, que según la propia OCDE se “reunieron para debatir los retos y las oportunidades de aplicar los conocimientos sobre el comportamiento en la elaboración de políticas.”
En 2010 se creó un el Behavioural Insights Team (BIT) en el Reino Unido, con la finalidad de asesorar a los gobernantes y funcionarios del Reino Unido en la “aplicación de las ciencias del comportamiento a la política y contribuir al desarrollo de estrategias y políticas.” Llegados aquí, regresamos al presente y a la actual “pandemia”.
En esta “pandemia” hemos tenido la fortuna de que el centro de la ingeniería social europea se encuentre en Londres. Le ha tocado al BIT y al Grupo Científico sobre Comportamientos Contra la Influenza Pandémica (SPI-B), entre otras, ser las instituciones encargadas de planificar y fomentar la obediencia ciega a gobiernos como el inglés o el español mediante la aplicación de las ciencias del comportamiento. Digo que ha sido una suerte pues ha sido en el Reino Unido donde un puñado de periodistas y medios han opuesto su voz crítica a las medidas "sanitarias" de su gobierno.
Entre estos periodistas destaca Laura Dodsworth, que recientemente ha publicado un trabajo de investigación plasmado en el libro “Estado de miedo: cómo el gobierno del Reino Unido utilizó el miedo como arma durante la pandemia de Covid-l9”. Un libro en el que aparecen las entrevistas a miembros del BIT y otros planificadores encargados del uso de la propaganda para “dar forma a las respuestas positivas tras las catástrofes y para orientar a los ´radicales´ en diferentes direcciones”.
Tenga la seguridad de que hay muchos científicos del comportamiento y sus defensores integrados y asesorando en el gobierno del Reino Unido, que le empujan hacia lo que es mejor para usted. Gran Bretaña es uno de los países pioneros en la teoría de los empujones. El Behavioural Insights Team (BIT), conocido extraoficialmente como "la Unidad Nudge", se creó en 2010 bajo el gobierno de David Cameron. Gran Bretaña es tan buena en materia de conocimiento del comportamiento que lo exporta a todo el mundo. La Nudge Unit es ahora una "sociedad anónima con fines sociales" con ánimo de lucro y oficinas en Londres, Manchester, París, Nueva York, Singapur, Sídney, Wellington y Toronto. Ha llevado a cabo más de 750 proyectos y solo en 2019 trabajó en 31 países. Ha realizado más de 1.000 talleres para gobiernos de todo el mundo, formando a 20.000 funcionarios en conocimientos sobre el comportamiento. Laura Dodsworth. 2020
Desde el inicio (marzo 2020) diferentes gobiernos convirtieron una cuestión de salud en un escenario de guerra. Había un enemigo invisible, letal, inteligente que agazapado esperaba a su próxima víctima. También teníamos un frente de batalla, un Estado Mayor (el gobierno) una retaguardia (la población en general). Pero como bien apunta Laura Dodsworth, contrariamente a cualquier guerra, en lugar de transmitir optimismo y coraje se transmitía miedo y desánimo a la retaguardia. Se trataba a la propia población como población enemiga. Un colectivo al que doblegar. Malas noticias, imágenes aterradoras (muchas falsas), contabilidad acumulada de muertes y contagios.
Es un hecho que apelar a la emoción (al miedo) es más eficaz que usar datos si lo que queremos son cambios de conducta a gran escala. Las emociones fuertes empujan a la acción: aproximación o huida. Así lo entienden los publicistas, por ejemplo, las campañas de tráfico no dan datos, muestran imágenes con alta carga emocional.
El miedo mata, es inmunodepresor, provoca cardiopatias. El pánico colapsa las salas de urgencias de los hospitales, las urgencias abarrotadas son fuente de infecciones y contagios, se crean cadenas de contagios, el contagio hospitalario de pacientes inmunodeprimidos mata. Los hospitales colapsados frenan la atención a otros pacientes, etc.
Sin embargo, en 2020 desde organismos estatales europeos se dieron instrucciones a “expertos” y “científicos” para que crearan los peores escenarios posibles (Laura Dodsworth. 2020). También organizaciones no gubernamentales recibieron la instrucción de “buscar formas de aumentar la inseguridad, la ansiedad y la incertidumbre” entre las población. Documentos filtrados del Ministerio del Interior de Alemania muestran que se contrató a científicos para construir el peor escenario posible con el fin de justificar las restricciones.
En esta “pandemia”. Muchos gobiernos, incluidos el español y el de la Comunidad de Madrid, no han tenido ningún interés en la ciencia o la salud de la población. Han dictado la ciencia, han tomado decisiones, han censurado la ciencia incómoda y han creado la “ciencia” que ha justificado sus medidas.
Entre los documentos filtrados del Ministerio del Interior Alemán encontramos el objetivo de las restricciones y los confinamientos: “sólo con la cohesión social y el distanciamiento mutuo se puede superar esta crisis sin apenas daños, y orientar el futuro hacia una nueva relación entre la sociedad y el Estado". Desde marzo de 2020 en Europa occidental la mayor parte de los gobiernos utilizan la ingeniería social para crear una “nueva relación entre gobernantes y gobernados”. Esto no va de sanidad. Esto va de obediencia ciega.
confinamiento
Dostoyevsky
La pornografía del pánico nos congeló. La soledad aumentó el miedo. El miedo agrandó las señales de enfermedad. El miedo multiplicó la gravedad esperada de la enfermedad y la percepción del riesgo. El miedo nos empujó a la busca de un salvador. En soledad, con una única fuente de información, buscamos refugio en nuestros secuestradores.
Tras unos meses se levantaba el confinamiento. En la Comunidad de Madrid quedaban atrás más de 12.000 vidas segadas en unas pocas semanas. Desde entonces nada, un virus asesino anda suelto, y nada. Cinco olas y nada, ni rastro de epidemia.
En mayo de 2020, en Madrid, ya no habitábamos las mismas personas de febrero. Nos quedaba un profundo sentimiento de indefensión frente a un virus, una invisible e inerte mota de información. En ese momento el dolor y el luto de marzo y abril pudieron quedar atrás, con tiempo, con cuidado. La sociedad madrileña podía haberse recompuesto de sus heridas por el camino de la solidaridad. En Madrid ya tenemos la experiencia de como una sociedad en shock se levanta en silencio y acompaña a sus víctimas y familiares. El sentimiento de comunidad, el apoyo mutuo, eran las herramientas adecuadas si el objetivo era reducir el pánico y acompañar a las víctimas. Sin embargo, toda acción que pudiera crear un sentimiento solidario o de comunidad estaba bloqueada.
Contrariamente a cualquier lógica, Gobierno Central y Gobierno de la Comunidad continuaron, junto a medios de comunicación, abonando y regando el miedo, el desamparo, la impotencia y la desconfianza en los demás. En lugar de un Madrid solidario han sembrado el Madrid del sálvese quien pueda.
Los sentimientos de minusvalía pueden encontrar su compensación en el poder de los dirigentes. Bruno Bettelheim, psicoanalista que vivió los horrores de los campos de concentración nazi, escribía sobre los mecanismos de compensación lo siguiente:
“El niño que depende del padre para sobrevivir, debe creer en la divinidad paterna; sólo así puede sentirse seguro y protegido. Los sentimientos críticos o agresivos hacía el padre, crean sentimientos de culpa, porque el niño, ante todo, es demasiado dependiente. Similarmente, el individuo cuanto más impotente llegue a ser social, económica, políticamente, en la sociedad de masas, considerará más importante a los que parecen tener poder. Por consiguiente, el individuo necesita creer que lo cuidarán estos poderosos dirigentes.”
El profundo desamparo vivido en los campos de concentración llevó a prisioneros judíos a mimetizarse con su verdugo. De tal forma que algunos prisioneros, incluso, llegaron a arreglar sus ropas para que imitaran los uniformes de las poderosas SS.
El pueblo de Madrid tenía un salvador: la burocracia estatal y a los "expertos".
nueva realidad
cuanto más dependiente es una persona de otra, mayor será su necesidad de exaltar a quien le ayuda, y cuanto más exalte a quien le ayuda, más dependerá de él. T. Szasz
Poder intervenir en un grupo estructurado es más complicado que hacerlo sobre un grupo desorganizado. Los grupos organizados tiene sus propias dinámicas, normas cristalizadas, por decirlo así, tiene sus propios guiones con un inicio, un nudo y un desenlace.
Merei, F. (1949) experimentó con bebes sobre el autoritarismo en diferentes situaciones, diferenciando la reunión (por ejemplo un grupo de personas que no se conocen viendo cine) de las situaciones grupales, es decir, de grupos con una actividad ya estructurada.
En sus experimentos Merei observó como los bebes no dominantes en situación de juego obedecían cuando un bebe “dominante” sugería algo.
Merei formó pequeños grupos con los bebes menos dominantes que mantuvo juntos durante unas seis sesiones. Estos bebes desarrollaron pautas compartidas durante el transcurso de las sesiones. Cuando el grupo de bebes no dominantes había formado sus propias normas y sus “tradiciones” se unía al grupo un bebe dominante. En esta situación de grupo con estructura propia el bebe dominante no podía imponer su voluntad, se encontraba con la oposición de los otros bebes.
Romper la organización, las rutinas, las creencias de un grupo no es sencillo, más cuando van en contra de la naturaleza humana: somos un ser social.
El confinamiento comienza un día del mes de marzo. Un secuestro generalizado de una población sin oposición alguna. Pero fue algo más que un secuestro, fue la demolición de toda relación social. Una vez en casa, "sin sistema inmune", vulnerables, en familia o en soledad nos encontramos frente al televisor. Las cadenas competían por dar el panorama más desolador. Nos encontramos sin capacidad de organización ni de resistencia.
Shils y Janowitz entrevistaron, terminada la II Guerra Mundial, a soldados alemanes que se rindieron en el frente occidental. Entre sus hallazgos destacan para esta reflexión los siguientes:
- los soldados alemanes se rindieron, en gran parte, cuando se encontraban aislados de sus grupos, física o psicológicamente.
- El contacto con la familia relajaba los vínculos con el ejército.
Un día de marzo, por orden de políticos y "expertos", nos encontramos aislados y sin familia: confinados.
Antes del confinamiento, el terror. Los medios de comunicación no dejaron de intoxicar, los rumores se multiplicaron por redes sociales, falsas y aterradoras imágenes llegaron supuestamente de China, las medidas tomadas por gobiernos como el de Madrid, que cerró colegios sin fundamento alguno, aumentaron el temor hasta convertirlo en pánico.
En esta realidad distópica que nos tocó sufrir, el confinamiento nos alejó de familiares, amistades, de nuestros trabajos, de los centros de estudio, dejándonos solos ante la tele. Volviendo al experimento de los bebes, la imposición autoritaria de nuevas reglas hace necesario romper los antiguos lazos sociales.
Pero, para que una "nueva realidad" se imponga no sólo basta con dañar la auto-imagen de las individualidades del grupo y atacar su organización. También hace falta tiempo (y repetición) para consolidar la "nueva realidad" y el nuevo liderazgo.
el gran limón
Para que la palabra limón produzca salivación es necesario que primero se haya probado el limón y que además se haya asociado la acidez con la palabra. En Madrid teníamos la experiencia de dolor y pánico de los meses de abril y marzo. Para poder crear un limón imaginario era necesario asociar la experiencia traumática de abril y marzo con un símbolo que rememorara las sensaciones de impotencia y miedo vividos en esos meses. Ese símbolo es la palabra “caso”.
Junto a las noticias abiertamente falsas, como que las UCIS están llenas de no-vacunados, a las falacias, a las medias verdades, a los datos irrelevantes, a los datos sin contexto, a los famosos repitiendo la "verdad" oficial con rostro de saber, a las imágenes impactantes de cualquier parte del mundo (India, Sudáfrica, etc.), a la publicidad constante de los peores escenarios posibles, a los rumores (algunos de ellos surgidos del personal sanitario), etc., se pasó de contar fallecidos a contar casos (es decir PCR,s positivas). También se pasó de contabilizar muertes por el síndrome respiratorio agudo severo (COVID) a inflar estadísticas contando gente sana, es decir, casos positivos.
La palabra caso se ha convertido en un gajo más de un gran limón imaginario. "Madrid supera su récord de casos de coronavirus y rebasa el pico de ingresados de la quinta ola"; un titular como éste, un conjunto de simples palabras encadenadas, es capaz de estimular en millones de personas unas potentes glándulas que secretan una sustancia llamada pánico.
La palabra “caso” está asociada a nuestras memorias traumáticas. El sonido “caso” es un estímulo que distorsiona nuestra realidad, hasta tal punto, que transforma al resto de la humanidad en una fuente de ansiedad. Seguir las normas se ha convertido en un ansiolítico.
el marzo perpetuo
Vivimos, es un decir, en un Madrid donde han trascurrido más de de 570 días sin asomo de epidemia alguna. Pero continuamos bajo el yugo de lo ocurrido en unas pocas semanas de marzo y abril de 2020. ¿Cómo es posible esto?, la respuesta está en dos estímulos manejados al antojo de los “expertos” y autoridades “sanitarias”: la palabra caso y el objeto mascarilla.
Casos y mascarillas nos recuerdan que marzo y abril de 2020 se pueden repetir en cualquier momento, con la misma facilidad que nos bebemos un vaso de agua (son parte fundamental del gran limón imaginario).
El sonido caso acompañado de cifras espectaculares activa nuestros automatismos. Centramos nuestros pensamientos en la "epidemia" (sesgo atencional), interpretamos cualquier estímulo neutro, por ejemplo un estornudo o la cercanía de una persona, como una amenaza de muerte (sesgo interpretativo). Los aumentos de casos generan más ansiedad, más impotencia, irritabilidad, ponen en marcha nuestras conductas de evitación: distancia social y mascarillas. Como he dicho anteriormente obedecer se ha convertido en un ansiolítico, el mejor.
la unidad de medida
Si volvemos al mes de marzo de 2020, el primer criterio seguido para medir la peligrosidad de la situación fue un dígito, el número R0. En marzo cambió el criterio de medida de la “epidemia” y se empezaron a contar fallecidos. En mayo se vuelve a cambiar la medida de gravedad de la situación: llegaron los casos. En cada momento la “ciencia” ha medido la gravedad de la "pandemia" con el criterio más alarmante. En mayo, sin personas fallecidas, se comenzaban a contar los “casos”.
Contar “casos” (pcr positivas) tiene una ventaja fundamental, es una categoría que se puede manipular al antojo de la autoridad “sanitaria”. Las olas de COVID se construyen en base a cribados masivos de la población. Es fácil de entender que cuantas más pruebas se hagan más positivos se van a encontrar. Si mañana se hiciera un cribado de colesterol a toda la población también nos encontraríamos con una epidemia de colesterol de proporciones bíblicas. El número de casos suben y bajan con el número de pruebas realizadas, mas pruebas igual a más positivos. Otra ventaja del "caso" es que permite perpetuar la epidemia a la eternidad, las olas se fabrican y desaparecen al antojo de la burocracia.
En Madrid la contabilidad de casos (pcr positiva) lleva a la suma de unos 10.000 fallecidos por COVID desde el 11 de mayo de 2020. Sin embargo, con una supuesta epidemia con 10.000 víctimas, en Madrid tenemos una mortalidad negativa sobre la esperada en ese periodo de tiempo (-800). Aunque las cifras no cuadran si encaja que la burocracia emplee datos basura si el objetivo no es sanitario.
mascarillas
La máscara de carnaval oculta la identidad para actuar libremente. La mascarilla obliga y aleja, nos identifica como parte de la sociedad. Lo que llega a publicar la prensa
Sobre el uso de las mascarillas puede ser chocante la entrevista que aparece en el libro de Laura Dodsworth (2020) a uno de los asesores del gobierno de Boris Johnson. Robert Dingwal, profesor de sociología y asesor gubernamental, ante las preguntas de la periodista sobre la utilidad del uso de las mascarillas contestó que las mascarillas se han introducido porque son: "un recordatorio simbólico de que la gente es peligrosa, el mundo es peligroso, y uno puede sentirse más seguro”, “Crean una sensación de amenaza y peligro, y de que la interacción social puede ser algo que nos inquiete. Por eso, imponer las máscaras puede alimentar el miedo", tienen poca "base científica", están diseñadas para "hacer a la gente obediente".
El libro recoge también la respuesta de David Halpern, el pope del BIT y asesor de Boris Johnson, a las preguntas de unos diputados: “Nos llevó mucho tiempo conseguir que la gente se pusiera las máscaras. Nuestra opinión desde el principio fue que las máscaras son eficaces, entre otras cosas por la señal que crean y, por supuesto, por las pruebas subyacentes”.
La propia sensación táctil de la mascarilla y su olor son un recuerdo constante de que las cosas van mal. Las mascarillas son una señal de que todo sigue igual, seguimos en marzo y abril de 2020. La función de las mascarillas no es sanitaria: apelan al cumplimiento de las normas, a la conformidad social y nos “defienden” de nuestro “enemigo”, el resto de la humanidad. Ponerse mascarilla además de aumentar la ansiedad afecta a la comunicación, socava la voluntad de entablar cualquier conversación cara a cara.
Destruir unas relaciones sociales e imponer otras requiere tiempo, los casos y las mascarillas son el instrumento de fabricar tiempo (tiempo y repetición) para la ingeniería social.
el sacrificio
la teoría de la disonancia cognitiva implica la idea de que la gente desea engañarse a sí misma, y sesgar los hechos. Festinger
Cuanto más tiempo y sacrificio ponemos en una meta; más nos resistimos en admitir la posibilidad de estar en un error.
En los años 50 del s.XX Festinger se infiltró en un pequeño grupo religioso (the Seekers) que anunciaba la llegada del fin del mundo de forma inminente. Al llegar la hora del fin del mundo el grupo de creyentes se encontraba dividido en dos grupos. Unos estaban en la casa de la profeta y otros en sus hogares. Festinger predijo que el grupo que permanecía (confinado) con su profeta mantendrían sus creencias, aunque el fin del mundo no llegara, entre otros factores, debido a que cada miembro encontraría apoyo externo a sus creencias.
Para el grupo de creyentes aislados de la influencia del profeta y de otros creyentes, por tanto, sin el apoyo externo a sus convicciones, Festinger predijo que abandonarían sus creencias.
Las previsiones de Festinger se cumplieron. El grupo encerrado con el profeta llegó a la conclusión de que el mundo se había salvado gracias a su fe. Los otros creyentes dejaron de creer volviendo avergonzados a la rutina de una vida cualquiera, conscientes del ridículo protagonizado.
Pasados unos setenta años, Festinger parece tener razón, la respuesta a la des-confirmación de ideas significativas consiste en la búsqueda de elementos consistentes con nuestras creencias, como buscar opiniones que nos apoyen, indicios que parece que dicen, evitar opiniones contrarias, etc.
Cuando una creencia es significativa y nos encontramos con elementos disonantes que cuestionan esta creencia tratamos de salvarla disminuyendo la disonancia. Una buena forma de mantener las creencias es encerrase con un profeta, tener sólo una fuente de información, evitando cualquier información que ponga en duda nuestras opiniones.
Cuanto más esfuerzo ponemos en una tarea, más dificultades encontraremos para reconocer que nos hemos equivocado, que el esfuerzo fue inútil, que nos han engañado o que hemos provocado daño a otras personas. Cuanto mayor apoyo externo tiene la idea errónea más reparos pondremos a cambiarla.
Cuestionar que nos encontramos dentro de una emergencia sanitaria, al margen de la que han creado las autoridades sanitarias, me convirtió en negacionista. Mi familiar ya habrá hablado con alguna amistad, o quizás con un periodista, o ha visto La Sexta y seguro que se ha quedado más tranquilo: soy un negacionista.
¿Estamos en un punto de no retorno?
discurso hegemónico
Uno de los grandes mandamientos de la ciencia es: «Desconfía de los argumentos que proceden de la autoridad.» (Desde luego, los científicos, siendo primates y dados por tanto a las jerarquías de dominación, no siempre siguen este mandamiento.) Las autoridades deben demostrar sus opiniones como todos los demás. Carl Sagan
Un elemento clave para la ingeniería social es el monopolio del discurso. El discurso único en tertulias, entre gobiernos de diferentes países, entre los expertos que salen en la tele parece que son la prueba de la “verdad” del discurso oficial. No es necesario mostrar las evidencias, las pruebas que sustentan el discurso oficial. La prueba de la “verdad” es el “consenso”. ¿Cómo pueden estar tantos medios, periodistas, “expertos” o “científicos” mintiendo?
Poner como prueba de “verdad” el consenso o la opinión de la mayoría es una falacia. Pretender que algo es cierto apelando al “consenso” olvida que la opinión de la mayoría puede estar equivocada, pero el caso es que funciona.
Claro, funciona mejor si no hay voces discordantes. Como vemos en el caso de la secta del fin del mundo estudiada por Festinger, cuando llegan otras informaciones, y sin la presión del grupo, es más sencillo cambiar de creencias a pesar de lo arraigadas que estén y de lo vergonzoso que puede ser admitir el error. Por este motivo mantener un discurso hegemónico es imprescindible en cualquier ingeniería social.
Durante estos dos últimos años el discurso hegemónico se ha mantenido en pie con todo tipo de estrategias propias de gente inmoral e indecente. Comenzando por el uso del insulto: “negacionista”
El uso generalizado de las falacias:
ad hominem: atacar a las personas como forma de rebatir argumentos. Aquí abajo el titular infumable de un periódico digital: El profesor Bacterio, Los del Río y un 'think tank' que niega el cambio climático: quiénes son los "miles de científicos" anticonfinamiento.
Hombre de paja: cambiar los argumentos de nuestro rival por otros o una caricatura de ellos. Es decir, crear un "hombre de paja" para después apalearlo:
En relación a la Covid-19 se ha ido gestando un negacionismo 'científico'… Manejan una batería de tesis conspiranoicas o 'fake virus' que básicamente denuncia que todo es una estafa del capital, «un corona-timo», o es un efecto maligno del despliegue de las redes 5G. Contra toda evidencia médica y científica el negacionismo viene a sostener que ni la enfermedad infecciosa ni la pandemia global son reales
Al “consenso”, al insulto a las voces pensantes y a las falacias hay que sumarle dos componentes más en la tarea de mantener la hegemonía del discurso: la censura de la ciencia que no encaja con la versión oficial y la propaganda negra.
Censura:
Randall Terry, fundador de «Operation Rescue»
La censura está presente desde el inicio de la “pandemia” y continúa de diversas formas. Una no detectable es el buscador de google y sus algoritmos, cualquier búsqueda de información siempre remite en primer lugar a los sitios con versión oficial. La desaparición de videos en youtube que no encajan con la “verdad” es una norma.
La censura no queda aquí. Cuando una revista médica con el prestigio de BMJ presenta pruebas de que los datos aportados por una farmacéutica sobre su vacuna pueden ser simplemente falsos, la publicación es censurada. La censura ha llegado a tal nivel que este año se celebrará un Congreso que tratará sobre esta cuestión: la censura en la ciencia.
Esto me lleva al otro componente fundamental para mantener el discurso único: la propaganda negra.
Al mismo tiempo que medios de comunicación han censurado la ciencia, ha ocurrido una paradoja; la misma prensa que censura la ciencia ha hecho popular todo tipo de teorías raras, hasta las más extravagantes.
La propaganda negra pretende hacer pasar propaganda propia como obra genuina del enemigo. En este caso, la versión oficial ya tenía en marzo un “enemigo”, "un hombre de paja", con el que debatir, un enemigo con argumentos extravagantes, fácil de derrotar. De esto no hay pruebas, aunque organizaciones como qAnon muy probablemente sean construcciones de servicios de inteligencia estatales. Lo cierto es que en marzo ya había un tablero preparado con dos adversarios: la "verdad estatal" y los "chiflados".
El relato oficial nunca ha entablado un debate con la ciencia. Ha elegido debatir con youtubers o rebatir cualquier ocurrencia estrambótica que circulara por redes sociales, todo menos contrastar sus afirmaciones con la ciencia independiente.
Sobre las campañas en contra de personajes públicos como Miguel Bosé o Victoria Abril, cabe decir, que los chistes malos nunca han sido una demostración científica, en este caso sólo demuestran cobardía.
La propaganda negra ha servido y sirve para presentar a la versión oficial como ciencia, aunque sea religión, bloqueando cualquier crítica por ser cosa de gente loca o "teoría de la conspiración". El papel de la propaganda negra no termina aquí. También ha sido útil para dividir a la oposición a este disparate de "pandemia". De esto si hay pruebas, pues el BIT reconoce en sus documentos que entre sus objetivos se encuentra: "orientar a los ´radicales´ en diferentes direcciones”.
En marzo ya teníamos un estereotipo del "negacionisimo" y medios de comunicación dispuestos a aislar y a combatir la caricatura que ellos mismos habían fabricado: el "negacionismo".
Una definición: Se han considerado negacionistas las teorías que contradicen el consenso científico y que han sido calificadas como falsas por parte de la OMS o de alguna de las plataformas de verificación de datos del Estado español que han firmado el Código de principios de la International Fact Checking Network (AFP, EFE Verifica, Newtral y Maldita.es.). Consell de l’Audiovisual de Catalunya
Desde marzo de 2020 la "ciencia" no tiene que aportar pruebas de sus afirmaciones, bastan los testimonios (como en cualquier religión) de los "expertos" o las opiniones de los "verificadores".
enfrentamientos artificiales
El enfrentamiento social, el "divide y vencerás", es otra de las herramientas utilizadas para lograr la nueva relación entre el Estado y ciudadanos y ciudadanas que se pretende. Muy pronto comenzaron los insultos creando mayor enfrentamiento: negacionistas/borregos.
El arma del miedo se sigue utilizando como medio para dividir y fomentar el enfrentamiento. Las personas no-vacunadas son un peligro parta la salud pública, los jóvenes son un peligro sanitario, etc. Se premia la obediencia, si has recibido la vacuna tienes privilegios que no tienen las personas no vacunadas. Se castiga la desobediencia.
La cuestión es dividir; desviar la tensión, la agresividad, la frustración hacia determinados colectivos. Ya lo dice el cine: no mires arriba.
Dividir la sociedad, romperla, enfrentarla para volverla a unir en torno a un salvador: el Estado y su “ciencia”.
Los componentes de esta ingeniería social son simples: miedo irracional, un peligro exterior, víctimas "indefensas" , un salvador y un chivo expiatorio, más unos mensajes oportunos. El objetivo: la obediencia ciega.
el fin de la “pandemia”
los virus, como todas las formas de vida basadas en células, dan problemas cuando abarrotan sus hábitats. Se culpa al famoso Ébola y a otros virus de traer el desastre a ciertas poblaciones. La proliferación de los recursos, ya sean virales u otros, tiende a ser debida a un debilitamiento y perturbación del ecosistema. No podemos ser curados de nuestros virus más de lo que podemos prescindir de nuestros lóbulos frontales del cerebro: nosotros somos nuestros virus. Lynn Margulis
Como esto no tiene que ver nada con la sanidad o la salud y mucho con la obediencia ciega, me imagino un escenario del fin de la pandemia como el siguiente.
Como la “pandemia” se ha mantenido mediante un BOE en el que se decía que la medida de la gravedad de ésta era la contabilidad de “casos”; entiendo que la “pandemia” terminará con otra medida administrativa. Quizás otro BOE.
En Estados Unidos, lugar en el que parece que están acabando con la “pandemia”, Fauci y los CDC van dando luz de cómo puede ser esto del final del COVID.
Ante mi sorpresa, Fauci y la directora de los CDC ahora aseguran que los test PCR dan muchos falsos positivos. Que dar positivo en un test PCR no quiere decir que el virus detectado sea ni viable ni contagioso. Que la contabilidad de ingresados por COVID en los hospitales está inflada. Que no es lo mismo estar ingresado con COVID que por COVID. Para terminar, Fauci ya ha sugerido que hay que dejar de contar casos, que lo que habría que hacer es contar las hospitalizaciones y las personas fallecidas. Como los hospitalizaciones por COVID y fallecimientos por COVID, me temo, que es baja, pues se terminará el actual estado de excepción hasta el próximo gran limón virtual.
Gracias otra y mil veces por tan completo repaso y análisis.
ResponderEliminarLa generalización de la aplicación política de la ingeniería social ya no es una cosa de individuos dictatoriales (Hitler, Stalin, Mussolini, Franco…) todos anteriores a la emisión de TV vía satélite (y, obviamente, la prensa internacional, Internet y las RRSS) y por consiguiente impulsores de la expansión de las ideologías mediante la apropiación de territorios, primero físicos y luego mentales. Pero lo que sí se mantiene es la creencia de que el fin justifica los medios.
Pero como responde el Dr. Manhattan al final de "Watchmen" tras justificar Ozymandias su asesinato de millones de personas para "salvar" a la humanidad (de sí misma): "¿El fin? Nada termina, nunca".
En cuanto a Miguel Bosé, es un ejemplo clarísimo del acoso y derribo, del ocaso provocado de una celebridad admirada por ser discordante con la corriente generalizada. Tuve ocasión de ver la entrevista (dirigida y editada) con Evolé donde se le presentaba como un negacionista con tendencia a chochear y, hace poco, también, otra entrevista con motivo de la presentación de su libro y ahí lo ves como una persona culta y lúcida, incluso en la manera de tratar el tema de los medios, la ciencia, las farmacéuticas y la COVID, aparte del dinero, la economía, la política, el gobierno…
https://www.youtube.com/watch?v=FG5NMZD6dS0
ResponderEliminar(La entrevista con Bosé)
Ha sido un gustazo escuchar la entrevista, gracias por pasar el enlace
Eliminarun saludo
Miguel Bosé siempre ha sido un tio lúcido, culto, inteligente y algo provocador...La segunda parte de la entrevista de Evole, que se decía amigo suyo, fue una encerrona. Pero hay gente que se crece con la adversidad y eso le pasó Bosé, mientras Jordi quedó retratado. Creo que hizo el ridiculo intentando ridiculizar a su entrevistado Ese es el nivel de periodismo que hay...
ResponderEliminarGracias por el enlace Paco.
No he leído aún la entrada del blog.
Lo haré en breve. Seguro que es substancioso, como siempre.
Un abrazo amigos !!!
Pues sí, ha sido tremendamente substancioso. Es bueno encontrar por escrito, con datos y pruebas , lo que ya sabemos o intuimos, porqué hay que estar muy abducido para no darse cuenta de que todo esto, desde un principio, no tiene mucho fundamento...
ResponderEliminarEsta película en la que estamos me ha hecho recordar en varias ocasiones a un par de pelis muy concretas, una es " La cortina de humo " y la otra " La invasión de los ultra cuerpos " ( versión 78´ ), otras veces he recordado también la fabulosa " Farenheit 451 ". Y ahora después de leer tu entrada puedo añadir otra película, no porque me entusiasmara, si no porque habla de las tácticas utilizadas para reconducir a la población en la campaña del brexit. La peli es " Brexit " ( obvio )
A parte de esto, otra vez te doy las gracias por todo el tiempo que inviertes en ilustrarnos. Y un aplauso por ese punto de ironía y sarcasmo que usas en tus ejemplos.
Un placer leerte.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLo primero, gracias por la paciencia, que el texto es largo. Esto es una hipótesis, que para mí es algo más que una hipótesis. Hay mucho material público, incluidas las entrevistas al pope del BIT, que dejan claro que hay psicólogos que nos están manipulando para que hagamos unas cosas y no otras por medio del miedo. Lo que yo pongo en duda es que sea por un motivo sanitario. Tampoco me parece normal que cuatro gatos hayan decidido por nuestro "bien" que sustituyen la información por la propaganda. La campaña a favor de la vacunación es un ejemplo claro. Mienten los medios de comunicación en los datos que dan (los datos del Ministerio de Sanidad hasta ahora muestran que sólo entre el 10 y el 15% de los ingresados en UCI o fallecidos con COVID NO están vacunados). En USA Trump amenazó con mandar al paro al responsable de los CDC si no se aprobaban las vacunas, ¿Ciencia? Llevan bloqueando o censurando toda información que cuestione a estas vacunas (por ejemplo que los datos que dio un fabricante para la aprobación en USA de su vacuna probablemente sean falsos) o que se han cargado el grupo de control ¿por qué los organismos reguladores lo han permitido? Pues no sabemos. Me queda pendiente la peli de "brexit". Un saludo y placer que me leas.
ResponderEliminar10 ene 2022, 1:33:00