último número de Discovery Salud



El dolor, la fiebre o la tos cumplen fines benéficos, pues evidencian la reacción individual a causas nocioceptivas

Emilio Mira y Lopez


Se despide de los quioscos Discovery Salud.

Llegué a esta revista de salud (no de sanidad) cuando llevaba ya más de una década de presencia en los quioscos. El número de la revista más antiguo que conservo es de 2009, en concreto el n.º 115, en cuya portada se podía leer “la versión oficial del Sida se basa en un fraude científico del Dr. Robert Gallo”.

Que este sea el primer número que conservo, y posiblemente el primero que compré, no debió ser casual. En los años 90 tuve el privilegio de estar presente en numerosas charlas con Alfredo Embid de protagonista. En esas charlas tomé verdadera conciencia de cómo funciona la industria farmacéutica. Por tanto, no es extraño que mi primer acercamiento a la revista (respuesta) se debiera a un tema muy concreto, el SIDA (estímulo).

Pero, que durante una década haya mantenido la lectura de Dsalud con regularidad; que todos los años haya comprado cinco o seis ejemplares de la revista no ha sido solamente por su denuncia a la mafia farmacéutica.

Soy psico-terapeuta antes que psicólogo. Comencé mi formación como psico-terapeuta en la Sociedad Madrileña de Análisis Bioenérgetico (SOMAB), pasando por una formación no reglada en Psicoanálisis y Análisis Transaccional. Hoy me considero un psico-terapeuta humanista, que ejerce dentro un encuadre de Psicoterapia Breve (Kesselman). Todo este viaje formativo me ha permitido aprender, de una generación de psiquiatras y psicólogos, que una palabra amable dicha en el momento adecuado y con el tono adecuado, puede ser terapéutica dentro de una relación de confianza. En Discovery Salud, que se define como una “revista de Salud Integral”, encontré de forma frecuente contenido a la medida de mis intereses. Información que además no publicaban otros medios.

En este último número su director José Antonio Campoy en la editorial se despide con agradecimiento: “gracias de corazón a todos los que creyeron en nosotros y nos apoyaron” y con un llamamiento: “si quieren seguir sabiendo lo que vamos averiguando apóyennos ahora de nuevo suscribiéndose en la web

En esta editorial se recuerda lo que no es Dsalud y lo que es: “No es esta una revista de Medicina; es una revista de Salud Integral que tiene como punto central de referencia al ser humano, sabedores que todo lo que ocurre en su entorno le afecta y repercute en estado de salud

La desaparición de Dsalud en su edición en papel es un síntoma del correr de los tiempos. El triunfo del mercado y de una medicina que se llama a sí misma como científica (basada en la evidencia) aunque arrastre profundas carencias. Posiblemente sea la peor medicina de la historia de la humanidad.


la medicina  contemporánea: medicina basada en la evidencia

En 2014 Trisha Greenhalgh publica en BMJ Analysis Essay Evidence based medicine: a movement in crisis? Un análisis sobre la situación de la Medicina Basada en la Evidencia, que ponía en evidencia los problemas de esta nueva medicina en el mundo real, entre ellos la actual des-humanización de la práctica clínica:


1 La “marca de calidad” basada en la evidencia ha sido malversada por intereses creados

El primer problema es que la “marca de calidad” basada en la evidencia ha sido malversada y distorsionada por intereses creados. En particular, las industrias de medicamentos y dispositivos médicos establecen cada vez más la agenda de investigación.

Además, al dominar los ensayos para garantizar que las pequeñas diferencias sean estadísticamente significativas, al establecer criterios de inclusión para seleccionar a los que tienen más probabilidades de responder al tratamiento, al manipular la dosis de los medicamentos de intervención y de control, al usar criterios de valoración sustitutos y al publicar estudios positivos de manera selectiva, la industria puede logra publicar sus resultados como estudios "imparciales" en las principales revistas revisadas por pares.


2 El volumen de evidencia, especialmente las guías clínicas, se ha vuelto inmanejable.

Es tal la cantidad de estudios e investigaciones que no existe capacidad de revisión o síntesis de los resultados de las investigaciones. La cordillera de investigación publicada permite que cualquiera pueda decir una estupidez y acompañarla con “un estudio dice...”


3 Los beneficios estadísticamente significativos pueden ser marginales en la práctica clínica


4 Las reglas inflexibles y las indicaciones impulsadas por la tecnología pueden producir una atención impulsada por la administración en lugar de centrada en el paciente real.


5 Las pautas basadas en la evidencia a menudo se asignan mal a la multi-morbilidad compleja.


el marcador somático

En el campo de la neurología se ha hablado mucho de Damasio y la teoría del marcador somático. Pero de lo que poca gente ha hablado, o nadie, es de las implicaciones de esta teoría en el campo de la salud y de la medicina. La practica de la medicina occidental puede estar basada en un error fundamental. Haberse alejado de la medicina tradicional; de la medicina “de la abuela”.

Finalmente se empieza a aceptar que disturbios psicológicos leves o intensos pueden causar enfermedades en el cuerpo propiamente tal, pero las circunstancias, o el grado en que lo hacen, no han sido estudiadas. Nuestras abuelas, por supuesto, sabían todo esto: nos decían que la tristeza, la preocupación obsesiva y otros sentimientos podían dañar el corazón, provocar úlceras, arruinar el cutis y hacernos más vulnerables a las infecciones. Pero eso era demasiado «folclórico» o «falto de rigor» para la ciencia; y así era. La medicina tardó años en advertir que la base de esa sabiduría humana merecía ser investigada.

El desdén de la mente, de base cartesiana, ha tenido dos consecuencias negativas graves en la biología y la medicina occidentales. (...) La segunda consecuencia negativa se relaciona con el diagnóstico y tratamiento eficaz de la enfermedad humana. Es verdad, por cierto, que todos los grandes médicos han sido hombres y mujeres no sólo versados en la fisiopatología de su época, sino que, principalmente gracias a su propia percepción y sabiduría acumuladas, entendían el conflicto en el corazón humano. Fueron expertos diagnosticadores y hacedores de milagros, gracias a una combinación de talento y saber. Sin embargo, nos engañaríamos si pensáramos que esos notables doctores representan el nivel de la práctica médica occidental. La combinación de la visión distorsionada del organismo humano con el crecimiento formidable de los conocimientos conspira para acrecentar, y no para disminuir, la insuficiencia de la medicina. (Antonio R. Damasio. El Error de Descartes. 1994)


Gracias a todo el equipo de Dsalud por estos años.


Bibliografía:

Damasio, A. El Error de Descartes: La Emoción, la Razón y el Cerebro Humano. Crítica. 1994

Dsalud. Nº 255. Enero, 2022

BMJ2014 ; 348 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.g3725 (Publicado el 13 de junio de 2014)

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